Zaplana impone al PP el voto en contra a la ley de los transexuales

El PP arrebató ayer el protagonismo a los transexuales en su día grande. Hasta las 9.45 no se supo que iban a votar en contra de la ley de identidad de género en el Congreso, después de que en el Senado dieran la sorpresa y votaran a favor de la ley que permite que los transexuales cambien el sexo y nombre en los documentos oficiales sin sentencia judicial y sin intervención quirúrgica obligatoria. El cambio fue impuesto por el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, quien admitió que había habido "descoordinación" con su homólogo del Senado, Pío García Escudero.

La inaudita pelea entre los grupos populares del Senado y del Congreso concluyó con victoria de este último. En privado diputados y senadores coinciden en que la bronca ha sido de gran calibre. Se da la paradoja de que Pío García Escudero es un hombre más vinculado al mundo católico, mientras Zaplana siempre ha sido considerado en el PP como un liberal, proveniente de la UCD, por lo que la clave está en la lucha de poder por mantener el criterio del Congreso.

En el Senado, la decisión del PP vino avalada, según varios senadores y miembros de la dirección, por informes jurídicos propios. "Fue una decisión de todos los senadores. Ni siquiera nos dieron libertad de voto en conciencia como en otras ocasiones. La rectificación del Congreso no tiene sentido", señala un senador.

Desde el primer momento, el entorno del portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, se mostró muy molesto por la toma de posición de los senadores. Sin embargo, hasta el último minuto no quiso anunciar la decisión definitiva para evitar la polémica hasta que fuera imprescindible.

La decisión, como cualquiera de este calibre, ha sido consultada con el líder, Mariano Rajoy, que sin embargo no quiso responsabilizarse de ella. "Eso, al portavoz", señaló al ser preguntado en una rueda de prensa. Lo mismo le dijo a los diputados en una reunión interna.

Además de Zaplana, en la decisión ha influido decisivamente, según fuentes de la dirección, el criterio de Ignacio Astarloa, responsable de Libertades Públicas de la dirección del PP y hombre de la máxima confianza del secretario general, Ángel Acebes.

El portavoz popular en el Congreso, Juan Santaella, simplemente pasó por alto en su intervención cuál había sido la postura del PP en el Senado. Santaella defendió su oposición, basada en la supuesta "inseguridad jurídica del proyecto", apelando a otra similar del PSOE de 2000. Al final, votaron contra las enmiendas que venían del Senado 123 diputados del PP; se abstuvieron 3 de Unió Democràtica de Catalunya, y el resto de la Cámara (176 votos) apoyó el proyecto.

La portavoz socialista, Carmen Montón, atribuyó el cambio del PP a una "enajenación mental transitoria en el Senado, donde quiso parecer moderno".

De todas formas, como dijo la diputada de IU-ICV Isaura Navarro, la postura del PP era "testimonial", porque la ley no corría peligro en sus principios: que el cambio se haga mediante un expediente gubernamental y que no haga falta una cirugía completa de genitales (una intervención que muchos transexuales no quieren sufrir porque es costosa, dolorosa y no garantiza unos resultados de apariencia y sensibilidad satisfactorios). Esos fueron los argumentos que convencieron al PP en el senado para votar la ley.