Kirchner ensalza su relación con Hugo Chávez y Evo Morales
El presidente argentino agradece a Caracas la compra de deuda y anuncia un plan nuclear
Con la mirada puesta en las elecciones presidenciales del próximo otoño y con duras críticas a anteriores Gobiernos, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la prensa, el presidente argentino, Néstor Kirchner, se dirigió ayer al Congreso en el que supone su último discurso ante la institución antes de los comicios. Kirchner aprovechó para ratificar su alianza con los presidentes de Venezuela y Bolivia, y detallar la reanudación de los programas nucleares argentinos.
El nacionalismo predominó en la intervención del mandatario que inauguraba el periodo de sesiones del Poder Legislativo argentino y en la que no despejó su futuro inmediato: si acudirá a la reelección o cederá la candidatura a su mujer, la senadora Cristina Fernández, presente en el hemiciclo.
Relajado y saliéndose en numerosas ocasiones del discurso, Kirchner recalcó la existencia de un "modelo argentino" de desarrollo "sin copiar recetas enlatadas". Dedicó la mayor parte de sus dos horas de intervención a pormenorizar exhaustivamente los logros económicos de su gestión en una avalancha de cifras que iban desde datos del comercio exterior al número de batas fabricadas en talleres populares o al porcentaje de niños de cinco años escolarizados.
Una lluvia de números que rivalizaba con el temporal que a esa misma hora se abatía sobre Buenos Aires y sobre varios miles de simpatizantes del presidente movilizados hasta las puertas del Congreso por el aparato peronista. Kirchner fue claro a la hora de defender su privilegiada relación con Hugo Chávez, y destacó cómo Venezuela está comprando deuda argentina. "Es hora de que cultivemos nuestras relaciones con los países del sur", subrayó, para añadir que Argentina "será siempre un país latinoamericanista". También ensalzó el acuerdo de suministro de gas firmado con su otro amigo, el presidente boliviano Evo Morales.
En la oposición argentina se ha criticado el progresivo acercamiento de Kirchner al mandatario venezolano, con quien la semana pasada firmó una alianza en Caracas, y que está previsto que llegue a Buenos Aires la próxima semana, coincidiendo con la visita del presidente estadounidense George W. Bush al vecino Uruguay. Preocupa además la simpatía de Chávez con el régimen iraní de Mahmud Ahmadineyad y cómo, en este contexto, puede ser interpretado el relanzamiento de los programas nucleares argentinos. Kirchner subrayó sus compromisos con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), al tiempo que confirmó los planes argentinos de poner en marcha un tercer reactor nuclear, una planta de enriquecimiento de uranio y el proyecto de construir una cuarta central nuclear.
En tono preelectoral, Kirchner hizo un repaso de toda su gestión e hizo referencia constante, sin citarlo por su nombre, al ex presidente peronista Carlos Menem (1990-1999), contra cuyo mandato vertió sus críticas más duras. Tampoco faltaron las referencias a otros dos demonios del presidente: el FMI y la prensa crítica. "Ya no tenemos la dictadura del FMI manejando el destino de los argentinos", subrayó Kirchner entre los aplausos del grupo oficialista y el silencio de los congresistas de la oposición, conscientes de que el presidente estaba aprovechando al máximo la tribuna de una retransmisión en directo y sin límite de tiempo por la mayoría de los canales de televisión de todo el país. "Yo no sé por qué se escriben tantas cosas sin tomarse un minuto de reflexión", "no tengo miedo de los que escriben" o "tienen que estudiar", fueron algunas de las frases dedicadas a los periodistas.
En las tribunas, seguidores del presidente habían arrojado poco antes sobre el hemiciclo cientos de papeles con la bandera argentina y la frase "Fuerza Kirchner".
El mandatario acusó además a Uruguay de no tener voluntad negociadora en el conflicto de las papeleras y de haber violado el Tratado del Río Uruguay.
DISCURSO NACIONALISTA
El presidente argentino arremete contra la "dictadura del FMI" y contra la prensa crítica
Kirchner invita a Hugo Chávez a Buenos Aires, coincidiendo con la visita de Bush a Uruguay
Argentina pondrá en marcha un tercer reactor nuclear y proyecta construir una cuarta central atómica
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