Picasso regresa con sus mujeres
El Ministerio de Cultura obtiene tres cuadros del artista, entre ellos un retrato de Marie-Thérèse Walter, que se depositarán en el MNAC de Barcelona y en el Museo Picasso de Málaga
Ha sido una operación larga y compleja que ha tenido un final feliz. El Estado, a través del Ministerio de Cultura, ha adquirido tres cuadros de Pablo Picasso por los que ha pagado ocho millones de euros, una cantidad no excesivamente alta teniendo en cuenta los precios del artista en el mercado de subastas. Mujer con gorro y con cuello de piel, de 1937, ha costado cinco millones y será depositado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), mientras que Retrato de Paulo con cuello blanco, de 1922, y Retrato de Olga, sin fechar, irán al Museo Picasso de Málaga.
La operación ha sido un buen ejemplo de la colaboración entre el sector privado y el público. El Estado no ha comprado directamente los cuadros sino que, una vez se ha presentado la posibilidad de la adquisición, ha buscado a empresas privadas que han asumido el coste y después han pagado con esta obra parte de sus impuestos de sociedades en lo que se conoce como el sistema de dación. En el caso de la obra destinada a Málaga, la empresa es Unicaja y en el de Barcelona es la empresa Abertis Infraestructuras.
La pieza más importante de esta operación es Mujer con gorro y cuello de piel, un óleo sobre tela que mide 61 por 50 centímetros que está datado en diciembre de 1937. En realidad se trata de un retrato de Marie-Thérèse Walter, uno de los grandes amores de Picasso y madre de su hija Maya. Se conocieron en 1927 cuando él tenía ya 46 años y ella sólo 17. Su amor, al principio furtivo ya que intentaron esconderlo a su esposa oficial, la bailarina rusa Olga Khokhlova, se mantuvo ardiente a lo largo de más de una década (los celos llegaron cuando en 1936 se cruzó en el camino Dora Maar) y de hecho la relación duró a lo largo de toda la vida del artista, aunque éste nunca llegó a casarse con ella.
Tono amable
En los muchos retratos que hizo Picasso de Marie-Thérèse prevalece la sensualidad, la belleza y un cierto tono amable que parece perfecto reflejo de su relajada relación. Incluso en momentos de tensión y cuando su entorno y preocupaciones eran otros, la representación de Marie-Thérèse siempre es más suave, como se aprecia en este retrato, en el que utiliza la doble perspectiva simultánea característica de esta época y que está fechado el mismo año en el que el artista pintó las famosas mujeres llorando (cuyo modelo era Dora Maar) o el mismo Guernica.
En Barcelona, el cuadro de Picasso tendrá compañía ya que esta operación se ha realizado de manera paralela a la negociación del depósito de otras ocho obras del artista, de diferentes épocas, provenientes de la colección de Catherine Huntin-Blay, hija de Jacqueline Roque, la última esposa del artista y por tanto heredera de una parte considerable de obras de su padrastro, con el que convivió muchos años de pequeña. Discreta y poco dada a los protagonismos, se espera que la coleccionista acuda el próximo martes a Barcelona en la presentación tanto del depósito como de la adquisición. Las nueve obras se exhibirán en una sala dedicada al pintor incluida dentro del recorrido de las colecciones de Arte Moderno del MNAC, centro que no disponía hasta ahora de ninguna obra de Picasso.
Respecto a las dos obras destinadas al Museo Picasso de Málaga, son retratos, de la época denominada "neoclásica" del artista, de Olga Koklova y del hijo de ambos, Paulo, realizados a principios de los años veinte cuando la pareja aún tenía un buen ambiente conyugal. Retrato de Paulo con cuello blanco es un óleo sobre tela de 34,5 por 30 centímetros datado en 1922, es decir, cuando el primogénito del artista tenía un año. Retrato de Olga es un óleo y aguarrás sobre tela que no está fechado. Las dos obras están valoradas en tres millones de euros.
Babelia
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