The Dixie Chicks, redimidas
The Police, Stevie Wonder, Tony Bennett y Lionel Richie actúan en la gala de entrega de los premios Grammy, marcada por la nostalgia
Aunque con vistas a la 49ª edición de los Premios Grammy, celebrada el domingo en Los Ángeles, la fuerte crisis por la que atraviesa la industria discográfica hubiera hecho deseable un espectáculo que revitalizara, al menos por unas horas, este vapuleado sector del entretenimiento, lo que ocurrió sobre el escenario en el que las Dixie Chicks fueron coronadas como triunfadoras absolutas fue, sobre todo, olvidable. Poco importó que como golpe de efecto se hubiera conseguido volver a reunir a The Police -que ayer mismo anunció una gira mundial a partir del 28 de mayo para celebrar sus 30 años- para que abriera la ceremonia con su clásico Roxanne.
Ese regreso al pasado con el que la Academia de la Música esperaba cazar telespectadores marcó el tono de las tres horas de espectáculo en el que nombres como Stevie Wonder cantando a dúo con Tony Bennett, Lionel Richie al piano, o incluso una versión del Hotel California de The Eagles contribuyeron a que en más de una ocasión la gala pareciera más una reposición de ediciones de hace varias décadas que un encuentro con la música de 2007.
En cuanto a los premios, las Dixie Chicks, las tejanas que se atrevieron a criticar a Bush tras la invasión de Irak, se convirtieron en las protagonistas de la noche no sólo por llevarse los grammies más valorados -mejor álbum del año por Taking the long way; mejor grabación y mejor canción por Not ready to make nice- sino porque esos premios, unidos al de mejor álbum y mejor canción de country, parecían ser la respuesta de toda la industria al boicoteo sufrido por la banda desde los sectores más recalcitrantes del mundo del country desde 2003, año de sus críticas contra el presidente estadounidense. Su tema Not ready to make nice era, precisamente, su anatema contra todos aquellos que las atacaron.
Red Hot Chili Peppers, que llevaban sin editar un disco desde 2002, consiguieron cuatro grammies por Stadium Arcadium, entre ellos el de mejor álbum de rock, que recibieron de manos del ex vicepresidente Al Gore. El productor Rick Rubin, también responsable del álbum de las Dixie Chicks y del de Justin Timberlake, entre otros, se llevó el premio al productor del año. El joven Timberlake se llevó tres grammies por su álbum Futuresex/Lovesounds. Tres fue también el número mágico para Mary J. Blige, una veterana del R&B que partía como favorita con ocho candidaturas y fue coronada reina del género con su álbum The breakthrough.
En el apartado de música latina, Maná ganó el Grammy al mejor álbum de rock latino con Amar es combatir, y Julieta Venegas compartió premio al mejor álbum de pop latino con el también mexicano Arjona.
Babelia
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