India aplaza la revisión de la ley de patentes pedida por Novartis
"No cierren la farmacia de los pobres", gritaban ayer cientos de manifestantes en Nueva Delhi. Pedían a Novartis, la farmacéutica suiza, que retire la demanda contra el Gobierno de India, en la que pide la exclusividad de Glivec, un anticancerígeno. India rechazó la protección del fármaco porque considera que no es una innovación, sino sólo "una nueva forma de una sustancia conocida". El Tribunal Superior ha pospuesto la audiencia, que debía haber sido ayer, para el próximo 15 de febrero.
El Gobierno indio pidió más tiempo para estudiar los informes. "El Tribunal no estaba preparado para la audiencia. Se han dado cuenta de la responsabilidad que conlleva su decisión. No sólo en India, sino en todos los países subdesarrollados", aseguraron fuentes judiciales.
El caso va más allá de Glivec. Si Novartis gana, abrirá la caja de Pandora que desencadenaría que se otorgaran más patentes. "India se secará como fuente de medicinas accesibles para millones de pobres en el tercer mundo", dice Unni Karunakara, director de la campaña para el acceso a medicinas básicas de Médicos sin Fronteras (MSF).
La primera preocupación son los medicamentos contra el sida. Ahora mismo, 11 drogas, todas para el tratamiento del VIH, la mayoría antirretrovirales de segunda línea, hacen fila para que se revise su caso después de pedir patente y ser impugnados por grupos humanitarios.
Segunda línea
"Sabemos que nuestra vida depende del resultado de este juicio", afirma Hari Singh, un manifestante. Singh necesita desde hace dos años antirretrovirales de segunda línea (los que se usan cuando las primeras combinaciones, más antiguas y baratas, fallan). Asegura que para comprarlos ha tenido que vender todas sus propiedades. "Cada mes gasto unas 5.000 rupias [90 euros] y mi salario es sólo de 2.000 rupias [36 euros]. Si se patentan y suben de precio, voy a morir", dice.
Para las ONG, que India rechace la patente significa "poner a las personas antes de los beneficios". Aunque aceptan que los genéricos no van a lograr que todas las personas en el mundo puedan acceder a las medicinas esenciales. "El sistema de patentes está matando gente. Decide quién vive y quién muere de acuerdo con el dinero que tenga", asegura el presidente Movimiento para la Salud de los Pueblos, Amit Sengupta.
Para Novartis es lo contrario: la protección intelectual es necesaria para el desarrollo de nuevos medicamentos. "Sin patentes no habrá innovación. Sin innovación no habrá esperanza para mejorar el tratamiento de las enfermedades. Innovación es vida y esperanza", dice el presidente de Novartis en España y responsable de mercados emergentes, Jesús Acebillo.
Por su parte, el Gobierno de Tailandia ha autorizado la fabricación de dos medicamentos, uno para las dolencias cardiacas y otro para el sida, invocando una emergencia sanitaria y saltándose la patente.
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