Sundance vuelve su mirada hacia el drama de la inmigración
'Padre nuestro' y 'Manda bala' se alzan con los principales premios del festival
Padre nuestro, dirigida por el estadounidense Christopher Zalla, se hizo este fin de semana con el primer premio del jurado en el Festival de Sundance, la meca del cine independiente que se celebra en Park City (Utah). La otra triunfadora de este certamen es la cinta Manda bala, del realizador estadounidense Jason Kohn, también inspirada en temas latinoamericanos y que fue galardonada como mejor documental. El drama que desde hace casi cuatro años envuelve a la sociedad estadounidense por la intervención militar en Irak estuvo bien presente en esta 26ª edición.
El cine con tinte latino suma y sigue imparable en los festivales de EE UU. Al éxito de directores de origen mexicano, como Guillermo del Toro, con seis candidaturas al Oscar por El laberinto del fauno, y de Alejandro González Iñárritu, que con Babel aspira a siete estatuillas de la Academia estadounidense, se le sumó la pasada madrugada Christopher Zalla con el gran premio del jurado de Sundance a su ópera prima, un trabajo en el que cuenta la historia de un joven mexicano que entra ilegalmente en EE UU para buscar a su padre, que nunca conoció.
Es el segundo año consecutivo que el máximo galardón del Sundance, festival fundado por el director y actor Robert Redford, va a manos de una producción inspirada en temas de inmigrantes hispanos. El año pasado, este mismo premio recayó en la Quinceañera, de Wash Wermoreland y Richard Glatzer. En la categoría de los documentales, el filme de coproducción brasileño-norteamericano Manda bala recibía el máximo premio. El documental de Jason Kohn, que además recibió el premio a la mejor fotografía, profundiza en la trama de corrupción, la violencia y el crimen organizado en Brasil.
La inmigración ilegal es, junto a los matrimonios homosexuales y la guerra de Irak, uno de los temas sobre los que más debate la sociedad estadounidense y que se refleja en el cine independiente que salta a las pantallas de Sundance. Y mientras en Washington decenas de miles de personas se lanzaban el sábado a la calle frente al Capitolio para pedir la retirada de las tropas estadounidenses de Irak, en Park City, el Festival de Sundance premiaba dos cintas relacionadas con la contestada guerra en el país árabe.
Grace is gone, de James Strouse, fue galardonada con el premio del público. La película cuenta la vida de un padre que cuida de sus dos hijos después de la muerte de su mujer en el frente iraquí. No end in sight, de Charles Ferguson, centrada en el fiasco de EE UU en Irak, recibió por su parte una distinción especial del jurado. El director de Grace is gone también ganó el premio a mejor guión dedicado a Waldo Salt. Strouse dijo que su trabajo no tiene como objetivo atacar la política estadounidense, sino "hacer un favor a América". "Espero que no sea demasiado tarde para que este país siga otro camino en el futuro", añadió por su parte el realizador Ferguson.
El festival, que este año celebró su 26ª edición, reunió 122 trabajos provenientes de 25 países. El premio a la mejor película extranjera recayó en el filme israelí Sweet mud, dirigida por Dror Shaul. También recibieron premios la película irlandesa Once, de John Carney, y la británica In the shadow of the moon, de David Sigton. El reconocimiento del público al mejor documental fue a manos de la cinta Hear and now, de Taylor Brodsky, mientras que la cinta danesa Enemies of happines, de Eva Multad y Anja Al Erhayem, ganó el premio del jurado al mejor documental extranjero, en el que cuenta cómo una afgana se abre camino en la política de su país.
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