"Todos estaban muertos. Cuando los escribí, los 'resucité"
José Saramago presentó ayer en Madrid la edición en castellano de Las pequeñas memorias (Alfaguara) -con traducción de su esposa, Pilar del Río (en la fotografía con el escritor)-, que añade una novedad respecto a otras ediciones: 17 fotografías de su álbum personal, comentadas de su puño y letra. En una imagen donde aparecen sus abuelos maternos, Saramago escribe: "Me enternece esa mano posada sobre el hombro de mi abuela. No eran personas para demostraciones públicas de afecto, pero sé que se amaban y que seguían amándose todavía a esa edad". El autor señaló la importancia de recuperar a sus familiares gracias a la novela. "Hablo de mis padres, abuelos, primos, todos estaban muertos. Cuando los escribí, los resucité en este libro".
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