Farruquito ingresa en prisión

El bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, ingresó a las 17.35 de ayer en el centro penitenciario de Sevilla para cumplir la condena de tres años de cárcel por el atropello mortal de Benjamín Olalla. El artista se encuentra en una celda del departamento de ingresos acompañado por otro recluso, según fuentes penitenciarias.

Hoy está previsto que le examinen un médico, un psicólogo, un jurista, un trabajador social y un educador, que componen el equipo técnico que se encargará de proponer el módulo más adecuado para que cumpla su condena. Fuentes penitenciarias informaron de que se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidios atendiendo a la singularidad de su caso, informa Tereixa Constenla. Estas medidas, que se traducen en una mayor vigilancia de los funcionarios sobre el comportamiento del recluso, pretenden evitar autolesiones en las personas que ingresan en prisión por primera vez y que además han sufrido una gran presión mediática, como es el caso del bailaor.

El artista llegó acompañado por una docena de familiares, todos varones

El abogado de la viuda de Benjamín Olalla declaró que "se ha hecho justicia"

Farruquito, sevillano de 24 años y líder de una saga de bailaores que fundó su abuelo Farruco, llegó acompañado por una docena de familiares, todos varones, que se despidieron de él en la sala de visitas. Cuando el bailaor atravesó las puertas de la prisión, un pequeño grupo de funcionarios, que se encontraban enfrente de la de la puerta de la sala de visitas, aplaudió su entrada, gesto que los acompañantes del bailaor desaprobaron con sus miradas.

Situaciones como ésta, en las que una parte de la sociedad le ha apoyado frente a otra que le censuraba, se han repetido durante los tres años en las actuaciones que el bailaor ha realizado en España.

El bailaor, que subió por primera vez a un escenario con cinco años, es una de las figuras del flamenco internacional, especialmente después de su paso por el primer Festival Flamenco USA en 2001. El periódico The New York Times le consideró ese año "el mejor artista que pisó la Gran Manzana", lo que le llevó a repetir en EE UU en 2003, y de nuevo la crítica norteamericana se rindió ante él y su hermano Farruco.

El abogado de la viuda de Benjamín Olalla, José Manuel Rosendo, declaró ayer, tras conocer el ingreso en prisión de Farruquito, que "se ha hecho justicia y se ha demostrado que la ley se cumple, que no hay tratamientos especiales por ser famoso o rico", informa Efe.

El artista está condenado por un delito de homicidio imprudente en relación con la seguridad en el tráfico y por otro de omisión del deber de socorro. La Audiencia de Sevilla también le priva del carné de conducir durante tres años y le obliga a indemnizar con más de 100.000 euros a la viuda y con 16.500 a los padres de la víctima.

Fernández Montoya le pidió al Juzgado de lo Penal número 8 de Sevilla, el que ejecuta la sentencia, que le permitiera "sustituir las penas privativas de libertad por multa o trabajo en beneficio de la comunidad". Pero la juez dictó el pasado 30 de octubre un auto en el que rechaza la petición ya que el procesado cometió un delito "grave y quebró las elementales normas de solidaridad humana al darse a la fuga".

Fernández Montoya conducía un BMW sin seguro y sin tener el carné el 30 de septiembre de 2003. Iba a gran velocidad por la calle del Doctor Laffón Soto de Sevilla cuando atropelló, en un paso de peatones, a Benjamín Olalla, un hombre de 35 años que salía de un centro deportivo. Fernández Montoya no se detuvo.

Durante seis meses ocultó los hechos. Reparó el coche en un taller de Málaga aconsejado por su amigo Óscar Benavente, uno de los testaferros de Juan Antonio Roca, que está en la cárcel por la Operación Malaya. Farruquito permitió, incluso, que su hermano menor Antonio se autoinculpara ante la policía y en su presencia. El bailaor confesó los hechos cuando unas escuchas policiales le descubrieron y la policía se presentó en su casa para detenerlo.

La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla aumentó en septiembre pasado la condena de 16 meses a tres años de cárcel. Desde entonces su defensa ha tratado de "ganar tiempo" para que el artista pudiera cumplir con los compromisos laborales que tenía en el extranjero.