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El nuevo Museo de Arquitectura y Urbanismo prevé abrir en 2009

Será un museo bicéfalo, pero con una única dirección. El Museo de Arquitectura y Urbanismo, cuya creación aprobó ayer el Consejo de Ministros, tendrá una sede en Salamanca, dedicada a la arquitectura, y otra en Barcelona, dedicada al urbanismo. La titularidad del museo será estatal y, según confirmaron ayer en el Ministerio de la Vivienda, impulsor del proyecto, habrá una dirección única si bien se prevé colaborar con las instituciones municipales y autonómicas, especialmente en lo que se refiere a la decisión sobre su ubicación física, que no será en un edificio de nueva planta sino que se recuperarán edificios patrimoniales o nuevos ya existentes. Está previsto destinar 19 millones de euros en los dos próximos ejercicios para la puesta en funcionamiento de los dos centros ya que el objetivo es que puedan inaugurarse en 2009.

Pese a que ya se venía hablando de este museo desde hace dos años, el anuncio ayer de su creación causó cierto estupor, mezclado con satisfacción, por la falta de debate y de información sobre el nuevo centro entre los profesionales de la arquitectura. Entre ellos hay discrepancias respecto a la oportunidad de dividir la disciplina entre arquitectura y urbanismo ya que no son pocos los que achacan esta separación a una decisión política de carácter partidista más que a un razonamiento científico.

División salomónica

De hecho, la gestación de este museo tiene un trasfondo político evidente. La idea de hacer este museo la lanzó la ministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo, en el verano de 2004, con el objetivo, dijo en su día, de "crear visualmente la memoria viva del saber científico arquitectónico de nuestro país". El centro debe recoger, catalogar y difundir planos, maquetas y otros documentos y materiales relacionados con la arquitectura y el urbanismo en España y, también, "difundir y fomentar la cultura arquitectónica y urbanística española". Para ponerlo en marcha se nombró una comisión de expertos que debía realizar un informe base. Al poco, Barcelona, Salamanca y otras ciudades optaron a ser sede de este museo e incluso el Senado llegó a aprobar, con la abstención del PSOE, una moción en la que se instaba al Gobierno a instalarlo en la capital catalana. Pocos meses después, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, anunciaba en Salamanca -por cuya jurisdicción es diputado- que el futuro museo se instalará en la ciudad charra. El anuncio se realizó en plena crisis por la devolución de los llamados papeles de Salamanca y desde diversos sectores se hizo la lectura de que era una especie de compensación por la devolución de los documentos. Pese a que en aquel momento desde Vivienda se desmintió a Caldera, finalmente la opción que se ha tomado no podía ser más salomónica. En Salamanca se instalará el Museo de la Arquitectura y en Barcelona el de Urbanismo. El futuro museo, sobre el que aún penden numerosas incógnitas, también contará con un Centro de Documentación con una red de centros asociados en todo el país.

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