La ONU se dispone a sancionar a Irán pero excluyendo los intereses de Rusia
El proyecto de resolución prohíbe la exportación de tecnología nuclear a Teherán
Los cinco miembros con poder de veto del Consejo de Seguridad de la ONU limaban ayer las últimas asperezas de una resolución por la que se sancionará a Irán por negarse a suspender su programa nuclear, como se le exigió hace cinco meses, y para presionar al Gobierno de Teherán para que retome el diálogo. Las potencias occidentales temen que Irán utilice esta tecnología para el desarrollo del arma atómica. Para preservar la unidad de acción, la tríada europea (Francia, Reino Unido y Alemania) tuvo que suavizar el alcance de la reprimenda, excluyendo los intereses comerciales rusos.
El proyecto de resolución distribuido la pasada madrugada se basa en un borrador elaborado por Francia, Reino Unido y Alemania a final de octubre. El texto contaba desde el principio con el apoyo de EE UU. Pero el lenguaje tuvo que ser perfilado de forma considerable para lograr el respaldo de Rusia y China, y superar dos meses de bloqueo.
París y Londres tienen la intención de someterlo hoy a votación. La acción del Consejo de Seguridad se enmarcará en el artículo 41 de la Carta de la ONU, como la resolución 1696, que limita la reprimenda al ámbito económico y diplomático.
Fue la fórmula utilizada ante el desafío nuclear norcoreano, que excluye la amenaza al recurso de la fuerza del capítulo 7. A partir de ahí, el texto que está sobre la mesa establece lo siguiente:
ø Se prohíben los intercambios de materiales y tecnología que puedan ser utilizados en actividades de enriquecimiento y reprocesamiento de uranio, agua pesada o en sistemas de armamento.
ø Los países podrán adoptar la prohibición de forma voluntaria en el caso de artículos que pueden tener un doble uso, aunque tendrán que notificarlo a la ONU. Los equipos para reactores de agua ligera no están cubiertos por las sanciones, en concreto el proyecto ruso en Bushehr.
ø Se deberán notificar los individuos relacionados con el programa nuclear iraní que salgan o entren al país. La resolución incluye una lista con 11 organismos y 12 personas relacionadas con el reactor de agua pesada en Arak, las centrifugadoras en Natanz y el Organismo de la Energía Atómica de Irán.
ø Se insta a los países a que impidan la enseñanza o formación a nacionales de origen iraní que actúen en áreas relacionadas con el programa nuclear de su país.
ø Se pretende establecer una congelación de activos financieros en el extranjero que estén bajo control de personas o entidades asociadas con el plan nuclear y de misiles balísticos.
El Consejo de Seguridad dio de plazo a Irán hasta el pasado 31 de agosto para que suspendiera su plan nuclear. Y para animarle a dar este paso, se puso sobre la mesa una serie de incentivos económicos, comerciales y políticos. Pero los cinco miembros permanentes discrepan sobre la respuesta que hay que dar al desafío iraní. La clave para superar el punto muerto estaba en la formulación de la lista de artículos e individuos sujetos a sanción, porque Rusia no quiere que afecte a sus relaciones comerciales.
Para evitar el veto de Moscú, que cuenta con el apoyo de Pekín, la tríada europea hizo una importante concesión de último minuto, al precisar que esa lista de individuos y empresas "no será completamente vinculante", según indicaron fuentes diplomáticas alemanas. "Es un cambio que representa un esfuerzo muy importante para rebajar las inquietudes rusas".
El objetivo de la resolución, señalan desde la delegación rusa, debe ser "persuadir" al régimen iraní a que negocie y coopere plenamente con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), para que aclare las cuestiones que le preocupan relacionadas con el enriquecimiento y reprocesamiento y los programas de agua pesada. Irán es firmante del Tratado de No Proliferación (TNP) e insiste en que su programa tiene fines pacíficos.
El mayor consenso posible
Las discusiones seguían ayer a todos los niveles entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para intentar cerrar los puntos abiertos del texto, según indicaron fuentes diplomáticas francesas y británicas. La intención es que el proyecto cuente con el mayor consenso posible entre los 15 miembros de este órgano. Qatar podría abstenerse en el voto, pero lo que más importa a la tríada europea es que la acción de la ONU esté respaldada por Rusia y China.
Si Teherán paraliza su plan nuclear, el OIEA podrá suspender la aplicación del régimen de sanciones y retomar las negociaciones. La reprimenda se eliminará cuando los iraníes cumplan con las exigencias internacionales. El OIEA dispondrá de 60 días de plazo tras la adopción de la resolución para presentar un informe de situación. Si Irán sigue desafiante, se incrementará la presión con nuevas medidas de castigo en virtud del artículo 41 de la Carta.
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