La UE endurecerá los criterios para aceptar a nuevos miembros
Zapatero logra que la inmigración sea incluida como tema de debate en la cumbre
La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco, que se celebra hoy y mañana en Bruselas, endurecerá los criterios para admitir nuevos socios en la UE. El debate sobre la llamada "capacidad de integración y absorción" se convertirá en la práctica en un aumento de los requisitos. El otro gran tema será la inmigración, que la diplomacia española ha ido introduciendo hasta convertirlo en una de las principales cuestiones.
Los Veinticinco tratarán la inmigración de forma global y no sólo como un asunto policial
La innovación y la energía constituirán los otros asuntos de peso de la agenda de los líderes europeos. Sin embargo, la imposibilidad de iniciar las negociaciones con Moscú sobre la renovación del acuerdo comercial y de cooperación, debido al veto de Polonia, ha reducido sensiblemente las expectativas de lograr avances en materia energética a pesar de la creciente dependencia europea de Rusia.
El acuerdo de mínimos alcanzado el lunes entre los Veinticinco, suspendiendo parcialmente las negociaciones de adhesión con Ankara, ha evitado que la cuestión turca monopolizara la reunión y pusiera una vez más de manifiesto las profundas divisiones existentes en la Unión Europea sobre las cuestiones fundamentales.
El acuerdo de congelar las negociaciones con Turquía fue un anticipo del frenazo que acordarán los líderes sobre futuras ampliaciones. El último borrador de conclusiones sostiene que "las cuestiones difíciles, como las reformas administrativa y judicial y la lucha contra la corrupción, se abordarán en primer lugar". El documento provisional añade que "el ritmo del proceso de adhesión depende de los resultados de las reformas en el país con el que se negocia". Y precisa que "la Unión se abstendrá de establecer cualquier fecha como plazo para la adhesión hasta que las negociaciones estén cercanas a su fin".
Sobre la llamada capacidad de integración, que pretende garantizar que la UE pueda mantener y profundizar su propio desarrollo al tiempo que prosigue con el proceso de ampliación, los líderes insistirán en que "el ritmo de la ampliación debe tener en cuenta la capacidad de la Unión de absorber a nuevos miembros". Para ello se prevé que la Comisión efectúe "evaluaciones de impacto" en las políticas de la UE en las fases clave del proceso de adhesión y, en particular, en los dictámenes de la Comisión sobre la solicitud de adhesión de un país.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, insistió ayer en un discurso pronunciado en Estrasburgo, en la "necesidad de renovar el consenso sobre la ampliación". Un consenso que enfrenta a Francia, Alemania y Austria por una parte, reticentes a la entrada de nuevos socios -especialmente la de Turquía-, con Reino Unido, Italia. España y Polonia.
En materia de emigración, España verá colmada gran parte de sus expectativas, ya que este asunto ocupará gran parte de los debates. Fuentes diplomáticas explican que tras caer la cuestión turca, la inmigración se convertirá en uno de los grandes temas del encuentro europeo. De hecho, de las 20 páginas del borrador de conclusiones de la cumbre, hasta ocho están destinadas a la inmigración. Buena parte de las mismas están inspiradas por Madrid. "Las imágenes más fuertes de este otoño han sido las de las personas dispuestas a arriesgar sus vidas para llegar a las costas europeas", afirmó ayer Durão Barroso en Estrasburgo. Las imágenes y esfuerzos de la diplomacia española han terminado no sólo por incluir en la agenda europea las cuestiones migratorias, a pesar de la reticencia de algunos de los Veinticinco y de que la Unión no tiene competencias en la materia.
El texto de las conclusiones de la cumbre anuncia que los Veinticinco acordarán tratar la inmigración de forma global y no exclusivamente desde el punto de vista policial o de seguridad. Por primera vez, y como defiende machaconamente el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el Consejo Europeo hablará de inmigración legal, que debe "ayudar a los Estados miembros a cubrir las necesidades actuales y futuras de mano de obra" en una Europa cuya fuerza de trabajo envejece a marchas forzadas. Hasta ahora, un núcleo duro de países del norte de Europa se resistía a hablar de inmigración legal en el seno de la UE, por considerarlo un tema de estricta competencia nacional.
El texto pide además a los Veinticinco que aporten recursos para luchar contra la inmigración ilegal y defiende que las patrullas de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), que tratan de interceptar embarcaciones cargadas de sin papeles en el Mediterráneo, realicen su trabajo de manera permanente y no sólo estacional, durante el verano. Ésta ha sido también una de las peticiones españolas a sus socios europeos. Intensificar las relaciones con los países de origen de los inmigrantes, sobre todo los africanos, reforzar las políticas de desarrollo para combatir la pobreza, motor de la inmigración, y la firma de acuerdos europeos de repatriación son los otros puntos que acordarán los Veinticinco y que el año próximo los Estados deberán concretar en compromisos tangibles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.