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Reportaje:

Warhol no estaba de broma

Una grabación de The Velvet Underground & Nico alcanzó 119.000 euros en una subasta popular en el portal eBay

Cuando en 1966 Andy Warhol, manager de The Velvet Underground & Nico, y Norman Dolph, por entonces comercial de Columbia Records, enviaron a la cúpula directiva de esa discográfica, el disco de acetato resultante de su primera sesión de estudio, lo único que les contestaron fue: "¿Estáis de broma, no?". No daban un duro por su música. Sin embargo, por esa grabación previa al disco debut de la banda -sus mayores exponentes son Lou Reed y John Cale- se pagaron ayer 119.000 euros en el portal de subastas eBay. El comprador responde al alias de Merchadaddy, vive en Estados Unidos y es un habitual del popular portal desde 1999.

El canadiense Warren Hill también debió de pensar que todo era una broma cuando su amigo Eric Isaacson, propietario de una tienda de discos y seguidor de la Velvet, le dijo que creía que ese disco de acetato era verdadero. Hill no daba crédito: lo había encontrado unos meses antes en un mercadillo de Manhattan y había pagado por él 75 centavos. Hill, por entonces estudiante de Historia, ahora dueño de una diminuta tienda de discos en Montreal, lo había tenido arrumbado en su habitación durante todo ese tiempo. Hasta lo cubría una fina película de polvo cuando, un buen día, se acordó de él y decidió enseñárselo a su amigo. Por entonces no sabía que, a ese mismo disco, también le había cubierto una película más o menos gruesa de polvo en el apartamento del artista Andy Warhol. "No sé cómo pudo acabar en un mercadillo, la última vez que lo vi estaba en casa de Warhol", ha asegurado Dolph. Porque Isaacson creía que ese disco era una joya del rock, pero fue Dolph quien le ayudó a calcular su valor. Y es que la inscripción del disco -sus garabatos, vaya- habla por sí sola: la X quiere decir que no es una producción de Columbia Records, las letras TV se refieren a que se grabó en unos estudios, los Scepter, propiedad de esa discográfica, más abajo aparece la fecha de grabación y el nombre de Dolph, que fue quien se encargó de cortar el acetato y enseñárselo a sus jefes. Tras el rechazo, Dolph (quien tampoco es que creyera demasiado en el grupo: simplemente le gustaba el arte y Warhol le había prometido un cuadro suyo a cambio de la sesión de grabación) cree que le devolvió el disco a John Cale o a Andy Warhol.

Algunas discográficas querían comprar el disco para reeditar sus canciones
El álbum ha sido reconocido como uno de los más influyentes de la historia del rock

Cuando Dolph les confirmó que el disco era verdadero, les entró el pánico. ¿Cómo iban a venderlo? Hill ni siquiera es admirador de la Velvet, prefiere el gospel y el blues al sonido adusto de la banda y sus letras explícitas sobre sexo, drogas y travestis. Pero pronto se corrió la voz y le ofrecieron 10.000 dólares. "Pero pensábamos que podría llevarme 40.000 dólares, por eso prefería esperar", recuerda Hill. Porque, además de confirmarles la autenticidad, el veterano productor les dijo que los masters de esa sesión en los Scepter se habían perdido o destruido y, por tanto, ese frágil acetato era "algo así como el único testamento" de aquello.

Finalmente, y a pesar de las suculentas ofertas -algunas discográficas querían comprar el disco para reeditar las canciones que contiene-, Hill se decidió por eBay: le pareció que lo mejor era una lucha abierta y que ganase el mejor postor.

El pasado 28 de noviembre anunciaron la subasta del disco de acetato con un precio de salida de 26,24 dólares (20,10 euros). "No me voy a hacer ilusiones, no quiero ni mirar la subasta", decía Hill a un periódico canadiense. "Hay mucha gente que no se toma en serio las subastas por Internet, así que hasta que no tenga el dinero en mi poder no voy a estar tranquilo", añadía.

El hallazgo, aunque frágil, todavía puede escucharse -además, Hill y Isaacson han hecho una copia de su contenido en formato digital- y tiene nueve canciones, por este orden: European son, The black angel's Death song, All tomorrow's parties, I'll be your mirror, Heroin, Femme fatale, Venus in furs, I'm waiting for the man y Run run run. En el primer disco de Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Moe Tucker, y la fugaz Nico, publicado por el sello Verve en 1967 y famoso por la carátula de la banana diseñada por Warhol, se incluyeron esas nueve canciones, aunque sonaban de manera "radicalmente diferente", según Hill, y dos más, Sunday morning y There she goes again.

The Velvet Underground & Nico no fue ni mucho menos un éxito de ventas: se vendieron 20.000 copias y sólo consiguieron escalar hasta el puesto número 171 -sobre 200- de las listas de éxitos. Sin embargo, el tiempo le dio la razón a Warhol y su gente y el disco ha sido reconocido como uno de los más influyentes de la historia del rock por diversas revistas especializadas, entre ellas, The Rolling Stone, que lo situó en el número 13 de su lista de los mejores 500 álbumes de todos los tiempos. Dicen que sin la Velvet no existiría el sonido de Patti Smith, The Smiths, Yo La Tengo, R.E.M, Pavement, Sonic Youth, Jesus and Mary Chain, The Strokes... Quizás precisamente a ellos se refería el músico británico Brian Eno cuando dijo que los pocos que habían comprado y escuchado los discos de The Velvet Underground habían fundado sus propios grupos.

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