Los Beatles entrarán en iTunes tras su largo combate con Apple Computer
El acuerdo, cuya multimillonaria cuantía se desconoce, se hará oficial antes de Navidad
Por primera vez en las tres últimas décadas, dos compañías con el mismo nombre son noticia no por sus continuas batallas judiciales, sino por un acuerdo empresarial que pondría fin a esa discordia histórica y permitiría la llegada de los Beatles al mundo digital. Apple Corporation, dueña de los derechos de distribución del catálogo de los Beatles, negocia los últimos flecos de un acuerdo multimillonario con Apple Computer, fabricante de los iPod, para que la música del grupo más legendario de la historia se distribuya por primera vez a través de Internet.
Sólo unos pocos habitantes de la aldea musical se resisten todavía a la llegada del imperio digital. Madonna y Metallica han permitido recientemente la distribución de su música en ese formato. En las páginas de iTunes, el portal de venta de música de Apple Computer, se pueden adquirir los archivos de casi todos los grandes de la historia del pop / rock. Entre las pocas ausencias en ese fondo de catálogo están Led Zeppelin, Radiohead, el cantante de country Garth Brooks y, por supuesto, los Beatles, que siempre se han negado a que su música sea comercializada en ese formato digital. Una búsqueda de los Beatles en iTunes ofrece decenas de discos con versiones de sus canciones pero sólo uno auténticamente suyo: In the beginning, el único disco de los Beatles fuera de Apple, cuando acompañaron al cantante Tony Sheridan, antes de la llegada de Ringo Starr.
Hasta ahora. La negociación entre Apple Corporation y Apple Computer, en la que participa personalmente el todopoderoso dueño de Apple -y ahora también principal accionista de Disney-, Steve Jobs, está sólo pendiente de cerrar el precio final y establecer la fecha de un anuncio que puede llegar en los próximos días, según ha adelantado la revista Fortune.
El contrato contará con la bendición de Paul McCartney y Ringo Starr y los herederos de John Lennon y George Harrison. Los rumores se remontan a abril de este año, cuando el máximo responsable de Apple Corporation, Neil Aspinall, reveló que su compañía estaba remasterizando las grabaciones originales de los Beatles "para que suenen mejor y más brillantes, y también estamos diseñando nuevos libretos para cada disco".
Restauración
Esos rumores se intensificaron con la publicación reciente del disco Love, una nueva mezcla de porciones de canciones de los Beatles realizada por su productor legendario, George Martin, para acompañar un espectáculo del Circo del Sol. Las técnicas usadas en las nuevas mezclas ofrecen, a juicio de los críticos, una restauración asombrosa de las pistas originales, con nuevos matices que se habían perdido en su paso a CD y con un resultado tan resplandeciente como para aplicar los mismos sistemas de rehabilitación musical a todo su catálogo original.
El acuerdo permitirá también enterrar un hacha de guerra que ha enfrentado eternamente a Jobs, admirador fanático de los Beatles, y Aspinall, que empezó su carrera como road manager del grupo de Liverpool y acabó como custodio de sus intereses económicos y sus derechos de autor al frente de Apple Corporation.
El enfrentamiento entre estas dos compañías condenadas a entenderse arrancó en 1978, cuando Apple Records demandó a Apple Computer por copiar su marca de fábrica; Apple Records había hecho famosa su manzana verde en las etiquetas de los vinilos de los Beatles mucho antes de que Apple Computer arrancara su negocio informático con una manzana de colores, mordida en su lado derecho. La demanda se cerró tres años después con el pago de una suma que ahora parece ridícula (80.000 dólares) y el compromiso de Apple Computer de no entrar nunca en el negocio de la música.
En 1986 una segunda demanda acusaba a Apple Computer de violar los términos del compromiso inicial al incluir un chip de reproducción de sonido en sus ordenadores. Perdió esa batalla, pero en 1991, después de una tercera demanda por incluir nuevas capacidades de sonido en sus ordenadores, las dos empresas redactaron un nuevo acuerdo que otorgaba a Apple Corporation el monopolio sobre "actividades creativas cuyo principal contenido sea musical" y Apple Computer recibía a cambio el derecho a usar su marca en "bienes y servicios usados para reproducir ese contenido, salvo en formato físico". Jobs pagó 26,5 millones a Aspinall y abrió así la puerta de iTunes; como venganza, desde entonces uno de los sonidos del sistema operativo de Apple se denomina sosumi, una palabra de apariencia japonesa pero que en inglés se pronuncia como "demándame".
Y así pasó de nuevo. Apple Corporation volvió a demandar a Jobs en 2003 por usar el logotipo de la manzana en el portal musical "iTunes", pero esta vez Jobs ganó la batalla judicial. El recurso todavía sigue su trámite, pero puede cancelarse si finalmente las compañías resuelven sus diferencias.
Reclamo generacional
El acuerdo le costará a Steve Jobs "decenas de millones de dólares", según fuentes que conocen los términos de la negociación. A cambio, dará a su compañía un periodo de exclusividad en la venta del catálogo de los Beatles, que estará disponible inicialmente sólo en iTunes, y logrará una nueva bolsa de clientes: dado que los mayores de 45 años sólo representan el 25% del consumo de música por Internet, la llegada del catálogo de los Beatles puede fomentar el salto a la era digital de dos nuevas generaciones de consumidores, las de mayor edad.Además, el anuncio del acuerdo puede venir acompañado de dos elementos añadidos: la comercialización de un iPod en edición especial de los Beatles (similar al iPod negro que homenajea al grupo U2) y el empleo de la música de Lennon y McCartney en los anuncios de televisión, lo que constituiría la primera ocasión en la que la música de los Beatles se ha empleado en una campaña publicitaria (Nike lo intentó pero desistió al comprobar la complejidad y el coste del uso de su música). El cantante Michael Jackson, como dueño de los derechos de publicación de las canciones de los Beatles, recibe un 50% de los royalties, pero no tiene poder de decisión sobre la comercialización del catálogo.
Babelia
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