"35.000 personas viven con el VIH en España sin saberlo"
María del Val Díez ocupó el pasado mes de septiembre la secretaría del Plan Nacional sobre el Sida, que estaba vacante desde mayo. Con su nombramiento se cubría un puesto que varios expertos se habían negado a aceptar. Díez, madrileña de 38 años, era directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Pregunta. ¿Cómo le sienta saber que fue segundo plato?
Respuesta. Yo lo vivo como un reto apasionante: hacerme cargo de una responsabilidad que tiene una doble vertiente. Por una parte, un componente técnico y científico de un nivel altísimo, y, por otro, un componente humano que no tiene ninguna otra responsabilidad de las que he tenido.
P. ¿Qué relación tenía con el VIH?
R. Soy especialista en farmacia hospitalaria, y eso me permitió estar cuando hubo que montar la dispensación del AZT a los pacientes seropositivos. Luego siempre he seguido toda la investigación relacionada con los tratamientos para el VIH.
P. ¿El retraso en cubrir su puesto es un síntoma de la relajación social ante el sida?
R. La relajación es una realidad porque estamos en el grupo de los privilegiados. Podemos diagnosticar a la gente y tratarla, y asumir la infección con una calidad y una expectativa de vida larga. Por otro lado, durante el tiempo que no hubo un responsable de la lucha contra el sida, fue la propia ministra Elena Salgado la que asumió el liderazgo, por lo que no solamente no bajó la atención, sino que subió.
P. En España no hay un registro de infectados. ¿Cuándo va a haber datos y no una estimación?
R. En España esas cifras no están porque hubo colectivos de afectados que se negaron. Pero sí que hay datos, a partir de ocho comunidades que tienen registros. Y por esos datos sabemos que hay de 120.000 a 150.000 personas que viven con VIH. Una reunión de la comisión en la que participan Administración, expertos y ONG, celebrada el día 23, ha considerado necesario hacer un registro de casos de VIH. Lo que no quiere decir hacer un registro de personas.
P. ¿Qué han hecho tras el informe de mayo sobre discriminación de las personas con VIH?
R. Ese informe ha transformado las impresiones en datos objetivos. Y hemos elegido la erradicación de la discriminación como uno de nuestros grandes objetivos.
P. ¿Y cómo lo van a hacer?
R. Queremos abordar el estigma y la discriminación desde todas las perspectivas. La primera es contribuyendo a la normalización de esta patología. Se tiene que poder hablar de sida como se habla de cáncer. Queremos reforzar de nuevo el mensaje sobre las vías de "no transmisión". Tenemos informes que demuestran que la gente sabe cómo se transmite el VIH, pero no ha descartado cómo no se transmite. Que la gente tenga miedo a infectarse de un compañero de trabajo o un vecino con el que comparte ascensor contribuye a la discriminación.
P. ¿Qué otros objetivos tiene?
R. El segundo es que queremos identificar a las más de 35.000 personas que viven con el VIH y no lo saben, y el tercero sigue siendo la prevención, el uso del preservativo.
P. ¿Cuántas personas hay en España que reciben una pensión no contributiva por sida?
R. No tengo ese dato, pero da igual que afecte a una persona o a 5.
000. El tema de la reinserción laboral de las personas con VIH también es de las cosas que queremos trabajar. Cada persona que quiera y pueda volver a trabajar porque su salud se lo permite, no debe encontrar barreras. Los tribunales médicos deberán saber qué hacer con ellos.
P. ¿Va la sanidad pública a tratar los efectos de la medicación sobre el aspecto de los afectados?
R. La relación entre la lipodistrofia [reparto anómalo de la grasa del cuerpo que adelgaza la cara y engorda otras partes] y el estigma está perfectamente identificada, y se han realizado informes favorables a que esto debe atenderse.
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