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Cuestión de equidad y calidad

Los expertos reclaman a las escuelas que contrarresten el impacto del contexto sociocultural en los resultados de los alumnos

J. A. Aunión

Reducir las diferencias de resultados entre los alumnos y entre los centros escolares, es decir, la equidad del sistema, no sólo es compatible con mejorar la calidad del conjunto educativo, sino que es una buena herramienta para hacerlo, según coincidieron muchos de los expertos reunidos los últimos días en Madrid en la XXI Semana Monográfica de la Fundación Santillana, que repasó las claves de los centros de éxito a través del Informe PISA. La fórmula de la equidad, "igualando por arriba", es la que ha usado, por ejemplo, Finlandia, explicaron.

El reto, entonces, es aumentar la calidad sin perder equidad, aseguró el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y coordinador de la semana, Álvaro Marchesi. Por ejemplo, Estados Unidos es uno de los países que registra menos equidad, pero presenta un alto nivel de excelencia en los resultados de sus alumnos, como señaló David Hopkins (ex asesor del Gobierno de Tony Blair). Por el contrario, el nivel de excelencia en España es menor, pero la equidad de su sistema es muy alta según se ha demostrado en los informes internacionales. Si es posible mejorar sin mermar la igualdad, ese reto es "irrenunciable", aseguró el secretario general de Educación, Alejandro Tiana, durante la clausura del encuentro el viernes pasado.

Finlandia ha usado una fórmula que trata de igualar a todos los alumnos en la excelencia

Robert Slavin, de la Universidad Johns Hopkins, presentó el programa Éxito para todos, que han llevado a cabo en escuelas de zonas pobres de Estados Unidos, y que establece un sistema específico de aprendizaje de la lectura, que comienza a edades tempranas. Los resultados de este programa y otros llevados a cabo en Miami, dijo Marchesi, demuestran que, a pesar de la enorme influencia del contexto sociocultural de los alumnos en sus resultados académicos, la escuela puede influir hasta eliminar esos condicionantes. Estas experiencias pueden diluir la "tensión entre el determinismo del contexto y el optimismo de la educación", continuó Marchesi. Durante las jornadas se repasaron otras iniciativas que buscan la mejora de los colegios. David Hopkins expuso el programa de liderazgo de centros puesto en marcha en el Reino Unido. Consiste en hacer trabajar juntos a los directores y profesores de las escuelas con mejores y peores resultados. "Así todos se implican en el éxito de todos", aseguró Hopkins. En este programa es imprescindible el compromiso de los profesores, algo fundamental para mejorar la escuela. "No sólo el compromiso con el aprendizaje de los alumnos, sino en sus relaciones, mostrando siempre unas expectativas positivas sobre todos ellos", dijo el secretario general de la OEI.

El reparto de recursos según las necesidades de cada centro, dar más autonomía a las escuelas, con proyectos directivos claros, profesores respaldados por las administraciones, son algunas de las claves que se han ofrecido durante la tradicional semana monográfica de la Fundación Santillana. Desde los responsables políticos hasta las familias y los docentes, "todos debemos asumir nuestra responsabilidad" para afrontar el futuro educativo con un "optimismo inteligente", concluyó Marchesi.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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