_
_
_
_
_
Tribuna:La huelga de la enseñanza
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cuestión de cosmética

Explica el autor los motivos por los que su sindicato no respalda la huelga convocada en la enseñanza no universitaria.

Son muchos los motivos durante estos años por los que se podía haber convocado una huelga contra el Departamento de Educación. Ni ELA, ni LAB, ni STEE quisieron realizarla contra el nuevo decreto que ordenaba de forma desastrosa la Educación Infantil; menos aún contra la inestabilidad creciente del profesorado, dado que ellos mismos habían apoyado activamente la situación que ahora estamos padeciendo. Tampoco han querido hacer nada por la falta de respaldo a la escuela pública, que se ha visto minorizada a lo largo de estos años con decisiones compartidas por estos sindicatos.

Y sin embargo, ahora se descuelgan con una convocatoria de huelga en toda la enseñanza pública no universitaria. Lo hacen, supuestamente, en pro de una supuesta defensa de la calidad de la escuela pública, de un supuesto poder adquisitivo perdido, y contra la lamentable precariedad del profesorado y los cambios que se están produciendo en el sistema educativo. La convocan precisamente ahora, cuando la cuestión retributiva no está resuelta pero, por fin, está ya encauzada gracias a una negociación simultánea en cuatro mesas distintas, de ámbito general y sectorial, en Madrid y Vitoria. Y cuando algo similar ocurre con aspectos tan importantes como las jubilaciones, cuya prórroga hasta el 2011 hemos conseguido, o el contrato de relevo para el personal laboral.

La razón de la huelga hay que buscarla en un lavado de cara para las elecciones sindicales

Respecto a los salarios, a finales de la pasada década, CC OO consiguió por la vía judicial que el complemento de destino fuera similar al de los funcionarios de la Administración autonómica. Además, ha recurrido también en el Tribunal de Estrasburgo la congelación salarial sufrida en 1997, tras el fallo de la Audiencia Nacional y la negativa del Tribunal Supremo y del Constitucional. Desde el 2001 a 2005, CC OO ha participado en las mejoras de la capacidad adquisitiva de todos los docentes y no docentes, con subidas salariales que suponen un saldo positivo del 1,5% sobre el IPC acumulado en este periodo. Ha conseguido incorporar el complemento de destino a las pagas extras para el 2007 y el complemento específico para el 2009, así como un complemento de especial dedicación de 60 euros mensuales.

Claramente, no es una huelga por reivindicaciones salariales que pueden tener ahora una resolución satisfactoria desde los acuerdos logrados con carácter básico en Madrid (un marco que los sindicatos abertzales desdeñan y cuya traslación a Euskadi no gusta al Departamento de Educación). En todo caso, la huelga debería hacerse si estos compromisos para el 2006 y años sucesivos no llegan finalmente a materializarse también aquí, en nuestro ámbito, pero para ello, primero hay que ver qué da de sí la negociación.

La estabilidad, o mejor dicho, la inestabilidad creciente (30%) sí puede ser uno de los aspectos centrales de esta huelga, especialmente porque la Administración educativa realiza ofertas escasas. Pero ¿se puede convocar pidiendo la repetición de errores anteriores? ¿Es posible renunciar a ofertas públicas de empleo y suscribir un acuerdo de estabilidad sectario e insuficiente y enrocarse en el mantenimiento del mismo tal y como está, sabiendo que es contraria a derecho la exigencia de perfil lingüístico 2 (PL2) para ser estable?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Evidentemente, no. No sería responsable llamar a los trabajadores de la enseñanza al sacrificio que supone una huelga para llevarles a la vuelta de la esquina a la misma situación que sufrimos ahora o incluso peor, aunque habrá quien piense que en este tema ya, poco se puede empeorar.

CC OO ha hecho saber a la Administración vasca que cualquier oferta de empleo que realice será insuficiente si no se complementa con un nuevo acuerdo de estabilidad para el profesorado no funcionario, cuyo número ha crecido de forma importante estos últimos años. Pero nada aportan quienes han olvidado este aspecto y no han ofrecido soluciones duraderas ni justas en este tiempo. Su único fruto ha sido despojar ilegalmente de este derecho a dos centenares de docentes y desperdiciar diversas ocasiones de resolver el problema.

Hoy existe una oportunidad, gracias a los tribunales, de que exista un nuevo acuerdo de estabilidad, amplio y sin exclusiones, pero ni siquiera los sindicatos convocantes de la huelga quieren ver esta posibilidad. Sólo buscan desprenderse de su responsabilidad y, lógicamente, la consejería de Campos se frota las manos.

Existen otras reivindicaciones que pueden parecer menores, pero importantes para todo el sector: la introducción de nuevas figuras profesionales, mejoras de la proporción de profesorado por unidad, la reducción de jornada lectiva (que no laboral) para mayores de 55 años que está implantada en 10 comunidades autónomas como desarrollo de la LOE. Si esta medida no está implantada aún en la CAPV es porque en 2002 los convocantes que firmaron con Educación optaron por el año sabático, que sólo han solicitado las 600 personas que pueden prescindir del 16% de su salario durante cinco años. Contradicciones similares se pueden anotar respecto a los otros aspectos enunciados pero no vamos a aburrir al lector.

Esta convocatoria de huelga no se realiza para apoyar la negociación, una posibilidad abierta por primera vez en dos años. La huelga ha dejado de ser para sus convocantes un instrumento para mejorar las condiciones de los trabajadores y se ha convertido en un fin en sí misma. Su justificación hay que buscarla en el necesario lavado de cara para las próximas elecciones sindicales de quienes durante todo este tiempo se han mostrado contentos y felices junto a los titulares de Educación y no tienen nada positivo que presentar ante los trabajadores. Al final, tanto lavado de cara y tanta cosmética acabará manchando otra imagen: la de la escuela pública vasca. Esa que dicen defender los convocantes pero que, en el fondo, a más de uno de ellos les importa un rábano. Por eso CC OO no convoca esta huelga.

Javier Nogales es secretario general de CC OO Irakaskuntza.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_