Washington mantiene contactos reservados con Siria sobre Irak
El ex secretario de Estado Baker negocia la cooperación de Damasco
Estados Unidos se ha girado hacia Siria en busca de ayuda para el atolladero en el que vive en Irak. El ex secretario de Estado norteamericano James Baker, copresidente del bipartidista Grupo de Estudio de Irak, se ha reunido varias veces con autoridades sirias para discutir su posible cooperación con EE UU, según informaba el diario The New York Times en su edición de ayer. El embajador sirio, Imad Mustapha, aseguró al periódico que Baker había preguntado al ministro de Exteriores sirio, Walid Muallen, durante un encuentro en septiembre en Nueva York, qué llevaría a Siria a prestar su ayuda en Irak.
La Administración de Bush ha mantenido sus relaciones diplomáticas con el país de Oriente Próximo bajo mínimos, con la retirada de su embajador en Damasco y con su declaración de no autorizar contactos de alto nivel debido al supuesto papel que juega Siria en el apoyo a grupos terroristas, como la insurgencia iraquí.
El embajador sirio describió la sesión entre ambos diplomáticos como "muy prometedora", y declaró al diario neoyorquino que su mediación había posibilitado el encuentro de septiembre, en el que estuvieron presentes otros miembros del Grupo de Estudio de Irak. Washington ha sido el escenario de otras dos reuniones del embajador con el Grupo. Sin entrar en detalles, y siempre según The New York Times, el representante sirio en EE UU aseguró que dejó claro al Grupo, "con todo detalle, qué podrían hacer y qué no podrían hacer ". "Fuimos muy sinceros los unos con los otros. Les explicamos por qué va en nuestro propio interés nacional ayudar a estabilizar la situación en Irak", precisó.
Acuerdo de paz
No es un secreto que el realista Baker considera que EE UU debe negociar con naciones a las que incluso considera enemigas. Sirva como ejemplo las 15 veces que viajó a Damasco, siendo secretario de Estado bajo la presidencia de Bush padre, para alcanzar un acuerdo de paz en Oriente Próximo. A principios de esta semana, el propio primer ministro británico, Tony Blair, sugirió en un discurso que Occidente debía perseguir un mayor compromiso con Irán y Siria. Sin embargo, el presidente George W. Bush no parece abierto a adoptar drásticos cambios en su política exterior. Durante una comparecencia el pasado lunes, el presidente pidió a Siria que se retire de Líbano y deje de "albergar terroristas". "El presidente sirio conoce mi posición", zanjó Bush.
Pero el viernes, la Casa Blanca aseguraba que Siria podía jugar un papel positivo en la región si lo deseaba. "EE UU y la comunidad internacional han dejado claro el constructivo papel que Siria tiene en la zona", dijo Dana Perino, número dos en el gabinete de prensa de la Casa Blanca. "Incluso los iraquíes han dicho que ni Siria ni Irán han sido constructivos respecto a su país, ni siquiera han apoyado el Gobierno de unidad de Irak", añadió Perino.
El diario también situaba el espinoso asunto de Irán en el debate al asegurar que un consejero cercano al Grupo de Estudio había asegurado que el panel se había entrevistado con el embajador de Irán ante la ONU, Javad Zarif. Según el periódico The Washington Post, Baker había tenido una cena de tres horas en Nueva York con Zarif. "Baker dejó claro que no negociaba en nombre de EE UU, pero que la comisión que representa quería saber la opinión y sugerencias de Irán", aseguraba el Post.
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