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Cumbre Asia-Pacífico

Bush asegura en Vietnam que el éxito en Irak es sólo cuestión de tiempo

El presidente de EE UU dice que su visita prueba que las divisiones se pueden curar

El presidente George W. Bush llegó ayer a Hanoi con el fantasma de dos guerras a sus espaldas. El conflicto de Vietnam, en el que Estados Unidos (1965-1975) fue vencido hace tres décadas, y el de Irak, que contribuyó a la derrota de su partido en las elecciones legislativas. Pero Bush hizo de lo malo bueno y aseguró que el fracaso en Vietnam muestra que las profundas divisiones se pueden curar con el tiempo. El presidente estadounidense subrayó: "Una lección [de Vietnam] es que tendemos a querer resultados instantáneos, y la tarea en Irak va a llevar un tiempo".

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"Mi primera reacción es que la historia es una larga marcha, las sociedades cambian y las relaciones pueden ser alteradas constantemente para mejor", dijo el presidente estadounidense en la capital vietnamita, donde este fin de semana participará en el foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC). Pero al mismo tiempo advirtió, refiriéndose a Irak: "Venceremos salvo que nos marchemos". Bush es el segundo presidente norteamericano, y el primero republicano, que visita Vietnam desde la derrota en 1975, tras el viaje que realizó Bill Clinton en 2000.

Bush no ha podido evitar el paralelismo entre los dos conflictos, y la prueba es que sus primeras declaraciones no fueron sobre comercio y economía, que es de lo que principalmente trata la cumbre, sino de las dos guerras. Bush calificó el conflicto en Irak de "gran lucha", y dijo que "va a llevar un largo tiempo que la ideología de la esperanza, que es la ideología de la libertad, se imponga a la ideología del odio".

El presidente estadounidense almorzó con su gran aliado, John Howard, primer ministro de Australia, con quien según señaló Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca, "pasó mucho tiempo hablando de la situación de Irak. Bush afirmó que había mostrado su agradecimiento a Australia por su ayuda, y aseguró que había reconocido que existen interrogantes sobre el papel de Estados Unidos en Irak y el despliegue de los 144.000 soldados. "No abandonaremos hasta que el trabajo esté hecho, hasta que Irak pueda defenderse a sí mismo", le dijo Bush a Howard, quien a su vez se comprometió a no abandonar el país.

Por la tarde, Bush se reunió con el presidente, Nguyen Minh Triet, y el primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung. Y en una escena inimaginable hace 30 años, dialogó con el secretario general del Partido Comunista vietnamita, Nong Duc Man, en una sala presidida por una enorme bandera roja y un busto de Ho Chi Minh, el líder comunista vietnamita.

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El recibimiento que otorgó la capital vietnamita a Bush dista mucho del que vivió Clinton, cuando la multitud se echó a la calle para recibir al primer presidente estadounidense que viajaba al país desde el fin del conflicto en el que los comunistas del norte vencieron a EE UU y unificaron el país. Más que devotos fueron curiosos quienes vieron pasar ayer la comitiva oficial en medio de fuertes medidas de seguridad.

Al habitual hervidero de motocicletas, coches y bicicletas se sumó el continuo sonido de las sirenas de las caravanas oficiales. Un total de 15.000 policías han sido repartidos por la ciudad, en un despliegue nunca visto. Hanoi, engalanada con flores, con la bandera roja del país en miles de edificios, y con pancartas de la cumbre por todos lados, vive esta semana para el APEC, que se ha convertido en un gran esfuerzo de proyección internacional del Gobierno. Vietnam se incorporará a finales de este año a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Bush dijo que se mostró conmovido cuando su comitiva pasó junto al lago Truc Bach, donde el hoy senador republicano por Arizona -y potencial candidato en las elecciones presidenciales de 2008- John McCain fue capturado tras haber saltado en paracaídas después de que su avión fuera alcanzado durante la guerra.

En la autopista que conduce del aeropuerto a la capital, un pórtico recuerda el pasado doloroso del país. En el lado derecho, un cartel da la bienvenida a los participantes en la cumbre -más de 10.000 personas entre delegados, organizadores y periodistas-. En el izquierdo, otro cartel reza: Hanoi, la ciudad de la paz.

El presidente tiene previsto visitar hoy el centro de contabilización de prisioneros de guerra y desaparecidos en combate, donde expertos de los dos países siguen intentando identificar restos de soldados estadounidenses muertos en el conflicto.

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