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1.800 millones de euros bloqueados por el juez en cuatro bancos no encuentran dueño

Están a nombre de una sociedad irlandesa que gestiona un empleado de la aseguradora Cahispa

Mil ochocientos millones de euros bloqueados en cuatro bancos (BSCH, BBVA, Bancaja y Banco de Madrid) procedentes supuestamente del blanqueo de capitales y evasión fiscal no encuentran dueño. Nadie ha reclamado esa cantidad, bloqueada por decisión del juez Garzón a solicitud de Anticorrupción. El dinero, procedente de Luxemburgo, es propiedad de una sociedad irlandesa, Aquarius, cuyo administrador conocido es Leandro Kremen Slipakov, un modesto empleado de la aseguradora Cahispa. El oficinista remite a Cahispa como origen del dinero y la aseguradora lo niega. Los informes de la investigación sugieren que Kremen es testaferro del presidente de Cahispa, Arturo Guilló, y citan operaciones inmobiliarias de su entorno.

La Agencia Tributaria cree que la estructura está controlada por el presidente de Cahispa
"Aquarius, sin NIF, canalizó 1.145 millones en nueve bancos en 2005", dice el informe
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Un supuesto oficinista multimillonario

La investigación que dio origen a una espectacular operación de la Guardia Civil, que registró las sedes de los bancos Espírito Santo y BNP, y bloqueó los 1.800 millones de euros, arranca de un informe que realizó el pasado 14 de junio la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). Dicho escrito señalaba que el Banco Espírito Santo "podría estar comercializando estructuras fiduciarias idóneas para la defraudación fiscal y el blanqueo de capitales".

El informe ya advertía de que "estas estructuras fiduciarias parecen estar gestionadas por Leandro Kremen Slipakov, persona que ya desempeñaba similares funciones en las estructuras y operaciones investigadas con anterioridad. Si bien es Kremen quien aparece como persona apoderada, todo apunta, dado que toda su actividad la desarrolla en la sede de Cahispa, a que pueda ser el presidente de esta entidad, Arturo Guilló, la persona que controla toda la estructura".

Las pesquisas acreditaron que la sociedad Aquarius, de nacionalidad irlandesa, parecía "la principal estructura fiduciaria gestionada por Kremen Slipakov". Entre la documentación intervenida a Kremen "apareció un documento del que parece desprenderse que la citada sociedad podría haber abierto un depósito en el Banco Espírito Santo por importe de 500 millones de euros". Ese banco, según la investigación, no remitió comunicación alguna a la Agencia Tributaria de la apertura de ninguna cuenta o depósito a nombre de Aquarius. Esta empresa irlandesa carece de identificación fiscal pese a tener abiertas cuentas o depósitos en nueve entidades de crédito durante el año 2005, y a través de las cuales había canalizado unos 1.145 millones de euros.

Si a través de estas cuentas abiertas a nombre de Aquarius se han canalizado 1.145 millones de euros sólo en 2005, "es evidente el alto riesgo de ocultación fiscal existente dado que esa sociedad carece de identificación y en ella figura como autorizado Kremen Slipakov, hombre de muy limitado perfil patrimonial y tributario e imputado en otras diligencias judiciales por unos hechos muy similares a los que son objeto de la investigación, además de dos empleados del BNP Paribas, sucursal España", alertaban los informes de Hacienda. La conclusión del fisco era alarmante: "No cabe duda de que la circunstancia de que Kremen figure como autorizado en esas cuentas implica un riesgo cierto de que los fondos por ellas canalizadas pertenezcan a personas cuya identidad nos es desconocida".

El control de Kremen sobre tales cuentas multimillonarias sospechosas de ocultación al fisco resulta evidente por otro dato descubierto por los investigadores: este modesto empleado de seguros recibía y devolvía correos electrónicos con una información muy pormenorizada sobre las distintas sociedades fiduciarias creadas para su trama por el Banco Espírito Santo, incluidas aquellas firmas con depósitos en su filial de Madeira (Portugal).

Kremen, el oficinista que administraba cuentas multimillonarias, no sólo gestionaba dicha sociedad irlandesa. "El análisis de la información contenida en la base de datos de la Agencia Tributaria, en lo que se refiere a las cuentas bancarias en las que Kremen tiene el poder de disposición, ha permitido detectar que ostenta esa facultad, en exclusiva, con relación a las cuentas abiertas a nombre de otras seis entidades, dos de ellas compartidas con otro empleado del Grupo Cahispa". Todas estas compañías, como Aquarius, carecen de identificación fiscal y "cabe presumir igualmente su relación con intensas situaciones de riesgo de incumplimiento tributario".

Aquarius depara más sorpresas a los investigadores. Es una sociedad de nacionalidad y residencia irlandesa constituida el 7 de abril del año 2003 cuyos socios presentan la forma jurídica de charitable trust, aparentemente vinculados a fines sociales o de beneficencia, que no poseen el capital social distribuido en acciones. Las personas que aparecen como autorizadas para disponer de tales fondos multimillonarios son Kremen y dos empleados de BNP Paribas España.

Por otro lado, al margen de los productos de inversión contratados en entidades de crédito por Aquarius, se tuvo conocimiento el pasado 14 de marzo de una transferencia de Aquarius desde Luxemburgo en favor de Cartera Meridional por importe de 54 millones de euros. Fuentes de la investigación explican que Cartera Meridional ha justificado dicha inyección en un crédito utilizado para ampliar capital y cuyo origen remiten a Cahispa.

A partir de tal cuadro de sospechas, los investigadores se plantearon una tarea de titanes: cuantificar con exactitud los fondos que se han canalizado a través de las cuentas bancarias abiertas a nombre de las estructuras facilitadas a Kremen por parte del Grupo Banco Espírito Santo, determinar su origen y conocer el importe del patrimonio del Grupo Cahispa que pudiera no haberse registrado en su contabilidad oficial y hallarse situado por tanto al margen del control fiscal. También se impusieron como reto identificar las estructuras comercializadas por el Banco Espírito Santo constituidas por Fiduprivate [una filial del banco], cuantificando las rentas y patrimonios que se han ocultado tras ellas y la identidad de sus auténticos titulares, por entender que se trata de "mecanismos que entrañan especial peligrosidad desde la perspectiva de la defraudación fiscal y el blanqueo de capitales". Esta ambiciosa labor, tras el reciente bloqueo bancario, mantiene numerosos interrogantes, pero, al menos, sí ha despejado un elemento clave: todo el dinero se ha canalizado a través de Aquarius y su origen se centra en Cahispa, que lo niega.

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