Las especies exóticas invaden el ecosistema mediterráneo

Una de las principales amenazas para la biodiversidad de los ecosistemas catalanes son las especies exóticas. Éstas no son originarias del Mediterráneo, sino de otras partes del planeta (normalmente las zonas tropicales), y han sido introducidas artificialmente por el ser humano en el medio natural. Entre las más dañinas, según los expertos, está la caulerpa taxifolia -un alga tóxica que aún no ha llegado a las costas catalanas, pero sí a las de Baleares -, el cangrejo americano y el mejillón cebra.

Las especies invasoras encuentran ríos, costas y montes catalanes unas buenas condiciones ambientales que favorecen su reproducción masiva. "Aquí no están los depredadores que viven en sus hábitats originales y, en consecuencia, la población se dispara, desplazando a las especies autóctonas", concreta Lluís Toldrà, del grupo ecologista Depana.

El mejillón cebra asalta depósitos de agua de barcos y causa pérdidas a los pescadores

En el mar, el ejemplo más claro es la caulerpa taxifolia o alga asesina, propia de zonas tropicales y de Australia que coloniza las praderas de posidonia. Esta especie llegó al Mediterráneo a medidados de la década de 1980, tras "ser desechada por un desagüe del acuario de Mónaco" y a inicios de la de 1990 la Generalitat prohibió su comercialización para decorar acuarios, explica la bióloga Susana Pinedo, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes.

Otro caso son las especies vegetales que se introdujeron en un principio para uso ornamental. Entre ellas, destaca la mimosa, que llegó en España en el siglo XIX, y que coloniza con rapidez las zonas que han sido devastadas tras un incendio forestal. Otro ejemplo es la uña de gato (carpobrotus edulis), una planta ornamental que "desplaza a las especies autóctonas de los ecosistemas dunares y rocosos", concreta Toldrà.

En los ríos, los mejillones autóctonos están siendo desplazados por el mejillón cebra. "Esta especie tiene un claro impacto económico para los pescadores, ya que se instala masivamente en conductos de refrigeración de barcos y tuberías que luego colapsa", indica Ignasi Rodríguez, del Departamento de Medio Ambiente. Otros invasores de algua dulce son la gambusia -un pez que fue introducido en los humedales porque se alimenta de larvas de mosquitos- y el cangrejo rojo o americano. "En algunas zonas protegidas, como la Albera o los Ports de Beseit, hemos hecho actuaciones para eliminar el cangrejo rojo, pero es inviable hacerlo en toda la comunidad autónoma", precisa Rodríguez.

El visón americano, un mamífero carnívoro de tamaño medio, está desplazando al europeo. Según Rodríguez, "ambas especies se alimentan de lo mismo pero la europea está en inferioridad de condiciones porque la americana tiene más capacidad reproductiva".

También hay invasores en las ciudades aunque, en estos casos, no están desplazando a especies autóctonas. En Barcelona, las cotorras han ocupado palmeras y antenas de televisión. "En cinco años la población se ha duplicado", explica Víctor Peracho, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. Y muchas localidades del área metropolitana de Barcelona sufren las picadas del mosquito tigre, originario del sureste asiático.