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Reportaje:

El 11-M sube a escena

El danés Lars Graugaard reflexiona sobre el terrorismo en la ópera 'Trenes de marzo'

"No sabe lo que le ha pasado. Ahora está confuso. No sabe que está muerto. Cree que sigue viajando en el tren". Sube el telón y sobre el escenario una víctima de los atentados terroristas de Madrid del 11 de marzo de 2004. Una víctima anónima, que no sabe que lo es. Una víctima que a lo largo de 60 minutos cobrará conciencia de su condición, de su estado, y que finalmente reclamará a "los vivos" que expliquen "qué pasó... por qué morí / por qué morimos un día / de 2004 en un tren". El 11-M sube al escenario en formato ópera con Trenes de marzo, del compositor danés Lars Graugaard, que el próximo jueves inauguraen la sala Beckett de Barcelona la 11ª edición del Festival de Ópera de Bolsillo y Nuevas Creaciones.

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Por su economía de medios, el pequeño formato se ha convertido en un laboratorio de experimentación para el mundo de la ópera. Nuevas temáticas, experimentos musicales con el apoyo de las nuevas tecnologías e hibridación de formas contribuyen a dinamizar un género que vive un renacimiento creativo. En este contexto se inscribe la ópera electroacústica para contratenor Trenes de marzo (que se representará hasta el domingo) y el festival que acoge su estreno. "Pequeño no significa menor. Nosotros podemos arriesgar, ser un banco de pruebas para la nueva creación", explica Toni Rumbau, director del Festival de Ópera de Bolsillo, que además estrena otras tres obras visuales de un programa con nueve espectáculos.

Rumbau no niega que la propuesta de Lars Graugaard de escribir una ópera sobre los atentados de Madrid le inquietó en principio. Lo mismo le ocurrió al compositor y cineasta Claudio Zulián, productor del espectáculo, cuando el compositor danés se lo propuso en otoño de 2004. "Le pedí tiempo para reflexionar. No puedes decir que sí a cualquier cosa y, además, me daba miedo que un tema como el de los atentados del 11-M se tratara de forma equivocada", comenta Zulián.

Graugaard tenía, sin embargo, las cosas claras. Desde 1999 pasa prolongadas estancias en España y afirma que sigue con interés su vida cultural y política. "Del 11-M me impactó en principio que un partido político como el PP, que tenía ganadas las elecciones antes de las votaciones, perdiera en las urnas por mentir, por no reconocer que aquel atentado podía haber sido consecuencia de algunas de sus decisiones", explica el compositor. El impacto se transformó en indignación cuando comprobó "cómo el discurso político alrededor de los atentados había sepultado por completo el discurso humano sobre la tragedia".

Y se propuso recuperarlo aportando la reflexión de la sociedad, porque al "dolor de las víctimas hay que unir nuestro dolor como ciudadanos", asegura.

Con libreto del escritor Toni Montesinos y dirección de escena de Rafel Duran, Trenes de marzo trata de transmitir al público, equiparando el proceso de toma de conciencia de la sociedad con el de las víctimas, el tránsito de un pasajero fallecido (el contratenor Oriol Rosés) por los estadios de desconcierto, de reconocimiento de la tragedia, de la manipulación política para llegar, finalmente, a la asunción de la propia muerte. En este proceso transitan a través de la propia víctima del atentado un político del PP que justifica la ocultación de información, unos terroristas del 11-M, una víctima iraquí de la invasión americana y el propio George Bush justificando las invasiones de Afganistán e Irak.

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