Un estímulo para la libertad de prensa

Defender la libertad de prensa en estos tiempos de guerras ilegítimas, de crímenes contra la humanidad, de verdades a medias, de lo políticamente correcto o incorrecto supone exponer la vida, la libertad o el ejercicio de la profesión. En general, informar se paga caro. Un caso reciente que ha conmovido a la opinión pública mundial ha sido el asesinato, el 7 de octubre en Moscú, de la periodista rusa Ana Politkovskaya, martillo de la política represiva de Putin en Chechenia. No ha sido el último. Pocas horas después, dos colegas alemanes de la radio Deutsche Walle corrieron la misma suerte, abatidos a tiros, en Afganistán. Desgraciadamente, a la hora de escribir estas líneas tenemos que lamentar el secuestro, ayer, de un fotógrafo español de la Agencia Associated Press, en la franja de Gaza.

Reporteros sin Fronteras lleva 22 años de lucha en defensa de los periodistas en el ejercicio de su profesión

En este momento hay 130 periodistas encarcelados en todo el mundo y desde el 1 de enero de 2006, han matado ya a 60 periodistas y 24 colaboradores de prensa amén de tres iraquíes que permanecen secuestrados en Irak y otro freelance italiano, desaparecido la semana pasada en Afganistán.

¿Qué pecado, qué falta grave cometieron estos profesionales de la comunicación? En general, haber divulgado informaciones que los gobiernos, por intereses espurios, no deseaban que salieran a la luz, haber desvelado atrocidades, lanzado críticas a determinados hechos o acciones. En definitiva, no haberse plegado a la censura o a la manipulación.

En este contexto, el trabajo de investigación y posterior denuncia contra las agresiones a la prensa y los periodistas que Reporteros sin Fronteras viene realizando desde hace 22 años, se demuestra cada día más necesario para que sobre estos crímenes no caiga el silencio ni sus ejecutores queden en la impunidad.

Aún sin llegar a extremos como los arriba citados, también en Occidente deberíamos declarar a la libertad de prensa en alerta roja. Porque el empobrecimiento del debate público mediante la represión del derecho a la libertad de expresión, afecta indefectiblemente al sistema político. Ya se practique mediante encarcelamientos, leyes reguladoras o autocensuras. La libertad de expresión -contemplada en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos- es un derecho fundamental de las democracias y, paralelamente, un catalizador para la igualdad de oportunidades en los procesos de toma de decisiones y también para la participación ciudadana en el control del poder público.

Este año, el Grupo Zeta ha distinguido a Reporteros sin Fronteras con la cuarta edición del Premio Antonio Asensio de Periodismo que hoy recibirá de manos del Rey, el secretario general del Consejo Internacional y fundador de esta ONG, Robert Ménard. Junto a él se hallará en Madrid, la periodista de Liberation Florence Aubenas que permaneció seis meses secuestrada en Irak. Ella simboliza a cuantos han pasado por esta terrible experiencia y han tenido la suerte de no haber sido "ejecutados" con alevosía y encarnizamiento. Reporteros sin Fronteras se volcó en este caso como en todos aquellos que atentan contra la integridad de los periodistas.

La sección española, como parte integrante de esta asociación, junto a otras nueve secciones en todo el mundo expresa su satisfacción y gratitud por el hecho de que un jurado, compuesto por directores de los medios más importantes de nuestro país, haya tenido en cuenta -unánimemente- nuestra dedicación constante en defensa de la libertad de expresión y de los periodistas en el ejercicio de su profesión.

La recepción de este preciado galardón supone un notable estímulo para seguir trabajando en favor de la independencia de los profesionales y de los medios de comunicación. Aliento que es tanto más de agradecer cuando en los tiempos actuales asistimos en muchos lugares del mundo a toda suerte de abusos contra las libertades, en unos casos por la naturaleza antidemocrática del poder y en otros, alegando motivos de seguridad.

Para Reporteros sin Fronteras-España, la concesión del premio tiene un valor especial por cuanto procede de un grupo de medios de comunicación que ha mantenido desde la aparición de El Periódico de Catalunya, en 1976, una línea irreprochable de calidad y buen hacer periodístico que le ha situado entre los grandes de la prensa nacional.

María Dolores Masana Argüelles es presidenta de Reporteros sin Fronteras-España.