El Gobierno de Irak asumirá el control de medio país este año
"Occidente no puede salir corriendo", afirma en Londres el viceprimer ministro iraquí
"Occidente no puede salir corriendo de Irak", advirtió ayer en Londres el viceprimer ministro iraquí, Barham Salih, tras entrevistarse con el primer ministro británico, Tony Blair. Salih había viajado a Londres para hablar sobre la reconstrucción, pero la creciente tensión política que el conflicto está generando en Estados Unidos y Reino Unido le obligó a centrar sus mensajes en la necesidad de que las tropas de la coalición sigan allí. Con todo, Barham Salih pronosticó que a final de año el Ejército iraquí habrá recibido el control de siete u ocho de las 18 provincias que componen el país.
La retirada de las tropas occidentales de Irak se ha convertido en un asunto de primera página en vísperas de las elecciones legislativas en EE UU, al tiempo que en el Reino Unido el mismo jefe del Ejército acaba de reconocer que la presencia de los soldados británicos está "agravando la situación en Irak".
Pero Berham Salih rechazó la sola idea de una pronta retirada occidental. "No creo que la comunidad internacional tenga la posibilidad de salir corriendo de Irak", declaró tras entrevistarse con Blair. "El destino de Irak es vital para el futuro de Oriente Próximo y del orden mundial", añadió. Antes de la entrevista, Downing Street desmintió las informaciones del diario The Guardian de que el Gobierno británico iba a presionar a Bagdad para que asumiera a lo largo del año que viene el control de las dos provincias iraquíes que aún están en manos británicas, Basora y Maysan, al sur. Las fuerzas de seguridad iraquíes tomaron en junio el control de Muthanna y en septiembre la provincia colindante de Dhi Qar, las otras dos provincias que estaban al cargo de las tropas británicas.
La posibilidad de que el Reino Unido abandone Irak en 2007 fue insinuada el domingo por uno de los secretarios de Estado del Ministerio de Exteriores, Kim Howells, quien afirmó que el Ejército y la policía iraquíes estarán dentro de un año en condiciones de asumir el control del sur del país. El portavoz de Tony Blair se vio obligado a salir al paso de esas informaciones y aseguró que el primer ministro dejó claro ante su invitado iraquí que el Reino Unido "mantendrá el pulso firme" y no abandonará Irak hasta que esté acabado el trabajo. "No trabajamos con calendarios artificiales. La retirada es un proceso en el tiempo, no un hecho concreto", puntualizó el portavoz.
Salih aseguró que el Gobierno iraquí controlará antes de fin de año siete u ocho de las 18 provincias en que se divide el país. Pero la reciente violencia que se ha desatado en la ciudad de Amara, a las pocas semanas de que Londres cediera su control a las fuerzas iraquíes, pone en entredicho el optimismo del viceprimer ministro. Sus llamamientos a la permanencia de las tropas extranjeras en Irak son también una señal de que las cosas van mal.
"Obviamente, estoy preocupado por el debate que hay tanto en EE UU como en Europa porque he de decir que hay mucho pesimismo. Incluso diría que hay cierto derrotismo en algunos círculos", declaró Barham Salih. "Tenemos que ser realistas, no derrotistas. Tenemos que entender que hay que afrontar con carácter de urgencia multitud de problemas en Irak, pero no podemos ser víctimas del pánico", añadió.
Las malas noticias que siguen llegando de Irak obligaron ayer al responsable de política exterior del Partido Conservador, William Hague, a pedir al primer ministro que comparezca ante los Comunes. Menzies Campbell, líder del único gran partido británico que se opuso a la guerra, los Liberales Demócratas, fue más allá al pedir que el Parlamento se pronuncie sobre la permanencia o la retirada de las tropas británicas de Irak.
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