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El futuro aéreo

La crisis de Airbus desdibuja el proyecto de impulsar un polo aeronáutico en Cataluña

Una quincena de empresas catalanas trabajan para el A 380, el mayor avión del mundo

La crisis de Airbus corre el riesgo de ahogar la todavía incipiente industria aeronáutica catalana, que desde hace cinco años intenta impulsar el Ayuntamiento de Barcelona y, desde hace tres, también el Gobierno catalán de izquierdas. Tras el chasco de quedarse sin la fábrica de helicópteros de EADS, que fue para Castilla-La Mancha, y el intento fallido de comprar Gamesa Aeronáutica para crear una empresa con masa crítica que tirara del sector, el proyecto de crear un polo aeronáutico queda algo desdibujado. Quince empresas catalanas trabajan como proveedoras del A380, cuyo retraso ha desatado la crisis de Airbus.

Todos los mensajes que llegan desde un Gobierno catalán en sus últimas horas, a las puertas de las elecciones, del Ayuntamiento de Barcelona -motor del polo aeronáutico- y de los representantes de la industria catalana son de "confianza" en el futuro. Sobre todo porque el aeronáutico es un sector que no se reinventa de golpe, sino que se trata de una industria donde todo ocurre a largo plazo. La voluntad política de impulsar el sector se dice intacta. Sin embargo, desde todas las instancias se admite que no corren los mejores tiempos.

"No estamos en una situación de auténtico riesgo a corto plazo, porque a la Generalitat no le consta la cancelación de contratos en vigor. Sin embargo, no nos podemos permitir perder proyectos europeos, y sí existe preocupación por eventuales retrasos en los pagos a los proveedores", explica Juan José Berbel, responsable de la Agencia Catalana de Inversiones (ACI) y secretario general de Industria del Gobierno catalán.

Cataluña ha logrado en cinco años que su industria aeronáutica pase de representar un simbólico 1% del negocio español al 5%. Pero las magnitudes son pequeñas. La facturación del sector -que únicamente supone un 0,07% del producto interior bruto de la comunidad, según la Generalitat- ronda los 105 millones.

De las 60 empresas radicadas en este sector que le constan a la Administración, una quincena habían cerrado contratos para el aparato de Airbus que se convertirá en el mayor avión de pasajeros del mundo, el A 380. El retraso en las entregas, de casi dos años, de este aparato fabuloso a raíz de los problemas surgidos en el cableado del avión ha sumido en una profunda crisis a la empresa, propiedad del consorcio EADS y símbolo de la colaboración industrial europea. En pocos meses, la crisis se ha cobrado la cabeza de dos presidentes de Airbus y las aerolíneas amenazan con la cancelación de pedidos.

La ventaja de la industria catalana -con empresas proveedoras como Serra Aeronautics, Gutmar, GTD, TMS Aritex Cading, Rücker Ibérica y Defesa- es su diversificación. No todos los huevos están en la cesta del A 380, aunque según Berbel el 90% de la aportación catalana al proyecto tiene que ver con el utillaje y la maquinaria, y es el 40% de la participación española. Y otros proyectos de Airbus -como el modelo A 350, con el que la industria europea quería plantar cara al gigante americano Boeing- están en rediseño, con sus consiguientes retrasos y costes.

Proveedores perjudicados

"Los retrasos de los aviones hacen que las empresas de utillaje y maquinaria, la que se encarga del instrumental y maquinaria para fabricar estructuras de aviones, tarden más en amortizar las costosas inversiones realizadas", explican fuentes de una de las empresas del sector. "Pero los más perjudicados", añaden las mismas fuentes, "son los proveedores de componentes". La producción en serie a punto se tardará mucho más en vender. El Gobierno catalán desembolsó en 2005 más de ocho millones en subvenciones a la industria para reforzar sus contratos.

"Hoy existe un cierto periodo de indefinición. Puede ser que la industria auxiliar se vea afectada por los retrasos, naturalmente que sí. Y hay que ver qué se puede hacer para encajar esta sacudida, pero hay que tener confianza. Lo nuestro es una carrera de fondo, no un sprint", reflexiona José Mariano López, ingeniero aeronáutico y gerente de la Asociación Barcelona Aeronáutica y del Espacio (BAIE). Esta plataforma nació en 2000 para convertir el área metropolitana de Barcelona y Cataluña en un destino de referencia de la industria aeronáutica y aeroespacial."Nuestra apuesta queda algo desdibujada, es cierto; pero no es por voluntad propia. Nosotros seguiremos batallando por tener un papel creciente en esta industria", afirma al respecto el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu.

"La idea de que con operaciones sueltas se cambian las cosas es equivocada", subraya López en referencia a la fábrica de helicópteros que finalmente se instalará en Castilla-La Mancha y el frustrado intento de la catalana GTD por comprar Gamesa Aeronáutica.

De entrada, existe algo nuevo: ambiente de sector. BAIE ha agrupado empresas aisladas que sientan que son defendidas y representadas. Hoy existen tres nuevas carreras de ingeniería aeronáutica (dos vinculadas a la Universidad Politécnica de Cataluña), más una escuela de gestión de empresas aeronáuticas, con titulación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). El parque aeroespacial de Viladecans, del Incasol y el Ayuntamiento de la localidad, es otra de las apuestas.

Otro revulsivo que imprimiría moral al sector sería que Barcelona se convirtiese en la sede de la nueva autoridad del sistema de navegación europeo por satélite Galileo, para lo que cuenta con el respaldo del Gobierno central.

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