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La 'guerra telefónica' se acerca a los tribunales

Euskaltel y Orange se disputan 450.000 clientes de telefonía móvil que ambas consideran propios

Euskaltel y Orange no negocian y su conflicto está abocado a resolverse en los tribunales. Ambas operadoras se han embarcado en una guerra frontal por el cliente de telefonía móvil sin posibilidad de llegar a un acuerdo amistoso. Las dos compañías reclaman como propios los casi 450.000 clientes que han firmado un contrato con Euskaltel para operar con Amena. Esta empresa, filial de France Télécom, opera desde primeros de octubre con la marca Orange, la misma que utiliza en otros países. Euskaltel ha recurrido al arbitraje de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) mientras que Orange piensa defender "sus" clientes en los tribunales si es necesario.

Las dos empresas se han enzarzado en una lucha comercial sin cuartel. La colaboración establecida en 1998 entre Amena y Euskaltel, que irrumpió como operador de telefonía merced a un pacto político del PNV con el Gobierno de José María Aznar, implicaba que aquélla no entrase en el mercado vasco de móviles. Euskaltel veía así limitada su competencia a Telefónica y Airtel (actual Vodafone). Sin embargo, en los últimos años, las relaciones entre ambas partes se deterioraron de forma irreversible.

Euskaltel ha pedido a la CMT que le asigne los números de "sus" clientes, ya que ahora pertenecen a Orange
Orange considera que el cliente es el único que puede solicitar el paso a otro operador de telefonía

El pasado 8 de septiembre, el operador vasco abría la batalla con el anuncio público de su ruptura con Amena. Euskaltel pasaba a ser un operador móvil virtual gracias a un acuerdo con Vodafone para utilizar su red. La compañía británica ofrecerá la señal y las antenas, pero los servicios de interconexión, así como el hardware y software de los sistemas informáticos serán controlados por Euskaltel.

La falta de acuerdo lleva a Orange y Euskaltel a reclamar con distintos argumentos la titularidad de los clientes. Euskaltel ha recurrido al regulador pidiendo que dicte medidas cautelares para lo que considera un periodo de transición. Alega, por un lado, que los clientes en disputa operan con tarjetas y números asignados a Orange (Amena). Por otro lado, hasta el 1 de enero no tiene posibilidad de cambiar a los clientes la tarjeta SIM de sus móviles por una propia.

Orange no ve precisa la intervención de la CMT. Replica que los clientes son suyos y que puede hacer las ofertas que estime oportunas. En concreto, ya ha ofrecido un descuento de por vida del 50% de la factura y un aparato nuevo gratis a los clientes de Euskaltel que opten por su firma. La operadora vasca sostiene que esta medida es ilegal por ceñirse a una única comunidad y tirar las tarifas por debajo del precio de coste, algo que rechaza su competidor. Añade Euskaltel que los anuncios públicos y mensajes SMS de Orange confunden a "sus" abonados, ya que si aceptan la oferta de la firma francesa y le proporcionan datos como los números de DNI y de cuenta bancaria pasarán a ser automáticamente clientes suyos.

La compañía vasca se encuentra en una fase delicada en la que no puede captar nuevos clientes de móvil. No podrá hacerlo hasta que tenga lista su red de acceso a mediados de diciembre. Además, hasta el 1 de enero los clientes operan con Orange. Su ventaja en términos comerciales, por contra, está en que la relación formal con los 450.000 abonados en disputa la tiene en este momento Euskaltel, que firmó con ellos el contrato y posee los datos clave (número de DNI y de cuenta bancaria) para la facturación. Orange replica aquí que Euskaltel actuó como un mero distribuidor de Amena. Con las ofertas publicitadas en anuncios y mensajes al móvil trata de conseguir los datos esenciales de los clientes que Euskaltel se ha negado a facilitarle.

La clave con la que juega Orange es que los usuarios, para que sigan siendo de Euskaltel a partir de ahora, deberán cambiarse a la marca francesa. Euskaltel ya ha anunciado que contactará con todos sus actuales abonados para explicarles el cambio y facilitarles las nuevas tarjetas a partir del 1 de enero. En esta necesidad de migrar se encuentra la clave del problema. Euskaltel ha solicitado a la CMT que le asigne en bloque los números, que ahora están en poder de Orange. Si el regulador no acepta esta petición, tendrá que ser cada cliente quien solicite a Orange el traslado de su número (la llamada portabilidad) a Euskaltel.

El uso de palabras es importante en la batalla entre las dos compañías que tienen el naranja como color corporativo: migración o portabilidad; simple cambio de tarjeta o de compañía.

Ninguna de ambas empresas es capaz de precisar cómo va la pugna. La única medida sería el número de clientes enganchados ya a la oferta de Orange. Esta compañía indica que la propuesta lleva pocos días en el mercado como para ser evaluada. Euskaltel sostiene que sólo han recibido llamadas de clientes desconcertados. Al final, será el usuario quien la guerra naranja.

En pleno intercambio de anuncios y reconvenciones, y a la espera de una oferta de contrataque de Euskaltel, se han sucedido opiniones diversas. La Organización de Consumidores y Usuarios de Euskadi (EKA) calificó el miércoles la situación de los clientes de "intolerable", pero apostó por Euskaltel y pidió una rápida respuesta de la CMT. A esta última petición se sumó la Dirección de Consumo del Gobierno, que ese mismo día reclamaba al regulador que resuelva cuanto antes el expediente para poner fin "a la incertidumbre" de los miles de clientes. El Gobierno, impulsor del proyecto Euskaltel, cuenta con un 7% de su capital social a través del Ente Vasco de la Energía (EVE) y de EITB, la radio televisión pública.

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