Que nos perdonen

Ya es habitual que las declaraciones de nuestros políticos provoquen sonrojo, pero lo de Artur Mas pidiendo un carnet por puntos para inmigrantes supera lo risible para entrar en la categoría de lo preocupante. Y es que no estamos hablando de alguien que presida algún grupúsculo de extrema derecha o una secta de iluminados, sino del candidato mejor situado para presidir el Gobierno de la Generalitat. Supongo que los jóvenes y feroces estrategas de CiU habrán visto un filón espléndido en la explotación del miedo al inmigrante, pero creo que ni tan siquiera son plenamente conscientes de la terrible caja de Pandora que están abriendo. El camino de identificar al inmigrante con el "enemigo interno" que nos roba las ayudas y nos quita el trabajo puede dar buenos resultados a corto plazo, pero carcome todos los pilares de la convivencia y nos arroja en brazos del fascismo más descarnado.

Como catalán aspiro a vivir en una sociedad en la que las personas no tengamos que ser perpetuamente examinadas. ¿Quién lo hará? ¿Con qué derecho? ¿Marcaremos a fuego a quienes suspendan? Siento vergüenza de mi propio país. Que nos perdonen las generaciones futuras y, sobre todo, que nos perdonen todos aquellos que buscan en mi tierra, Cataluña, su lugar en el mundo.