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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Victoria imposible

Son pésimas todas las alternativas que tiene Bush sobre la mesa para resolver una situación en Irak que se deteriora por momentos. Esta guerra -sobre todo su mala gestión, más que el principio mismo de la invasión- se ha convertido, finalmente, en el eje de la campaña para las elecciones al Congreso americano del 7 de noviembre. Incluso el presidente ha reconocido paralelismos con la guerra de Vietnam. Y sigue hablando de buscar una "victoria", pero eso es algo que ya no parece posible.

Ahora, en el punto al que se ha llegado, la Administración Bush busca una salida política. Pero si estuviera clara, ya la habría tomado. Aunque no está previsto que entregue sus conclusiones hasta entrado 2007, el consensuado Grupo de Estudios sobre Irak, copresidido por el ex secretario de Estado, amigo y abogado de la familia Bush, James Baker, está buscando posibles salidas a este sangriento callejón. Entre ellas está una retirada escalonada, o la de conseguir que Irán y Siria entren en el juego para frenar esta sangría. Lejos queda la idea de un Irak democrático que irradiara sobre toda la región. Para la Administración se trata, a lo sumo, de lograr una situación en la que el país se pueda gobernar y defender por sí mismo. Pero incluso este objetivo limitado parece hoy por hoy inalcanzable.

El encargo a Baker tenía otro objetivo que no ha logrado: desactivar el impacto en la política y la sociedad norteamericana del caos en Irak. Pero también pone de relieve que la Administración no sabe bien qué hacer, mientras empiezan a filtrarse críticas de mandos militares americanos y británicos. Cada día mueren un centenar de iraquíes en actos violentos. Ayer mismo, una milicía chií tomó el control de la ciudad de Amara

en abierto desafío al Gobierno de Al Maliki. Éste ha perdido autoridad, y crecen los rumores de un golpe de Estado. Sería terrible que tras haber hecho una guerra contra Sadam Hussein se impusiera otro dictador, aunque fuera chií. Una alternativa no descartable podría ser la ruptura de Irak, lo que desestabilizaría toda la zona.

Algunas autoridades americanas achacan el último rebrote de la violencia al intento de los insurgentes y terroristas de influir en la campaña electoral americana, lo que no es descabellado. Pero también refleja el fracaso del anterior redespliegue americano para dejar un mayor protagonismo a unas fuerzas iraquíes inútiles. Con lo que el número de bajas americanas vuelve a aumentar. Sólo el senador republicano John McCain, precandidato a la Casa Blanca, se ha mostrado partidario de mandar más tropas a Irak. Bush, al menos de momento, no parece inclinado a cambiar de estrategia, y mantiene a su responsable, Donald Rumsfeld, al frente del Pentágono. Pero no se sabe hasta cuándo.

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