_
_
_
_

Holanda busca un puerto propio para limpiar el amianto del buque 'Otapan'

Isabel Ferrer

La penúltima travesía del Otapan, un antiguo carguero mexicano con 54 toneladas de amianto a bordo, está resultando tormentosa. Atracado en el puerto de Amsterdam durante siete años, partió en julio pasado rumbo a Turquía para ser limpiado. En el permiso de exportación figuraba una sola tonelada del mineral cancerígeno. En cuanto se supo que en realidad había 54, Ankara rechazó el encargo. Ahora navega de vuelta a Holanda sin que el Gobierno, que se considera sólo "responsable moral" del barco, haya podido convencer a los dueños de que abonen parte de los dos millones de euros que puede costar el desguace.

El Otapan tardará por lo menos una semana en llegar a Holanda, un auténtico periodo de prueba para el ministro de Medio Ambiente, el democristiano Pieter van Geel. La noche del pasado jueves, tanto la limpieza del barco, aún sin decidir, como su abrupta salida fueron criticadas en el Parlamento por la oposición socialista. En particular, los diputados preguntaron por qué la compañía mexicana Basilisk, dueña original, había depositado una fianza de 211.000 euros (pago exigido a los barcos que abandonan el puerto con desechos tóxicos a bordo) en lugar de los 3,8 millones de euros que le correspondían. Van Geel dio una explicación más emotiva que política: "He hecho lo indecible por el entorno y por la gente cuando ni siquiera me correspondía hacerlo en este caso. A nadie le importaba el barco, y yo podría haberlo dejado pudrirse en aguas de Amsterdam".

El error de cálculo sobre el monto real de la carga de amianto lo atribuyó antes el ministerio a Basilisk, pero la casa mexicana asegura que la tonelada original era "la estimación más aproximada" que pudieron lograr, "a través del capitán, teniendo en cuenta que las autoridades portuarias lo mantenían amarrado y precintado". Y añade que el único que poseía "datos fiables era el Gobierno holandés, que avaló la información para poder partir". Además, vendió el navío a los astilleros turcos Simsekler cuando estaba en aguas internacionales. Medio Ambiente explica el amarre forzoso y la prohibición de subir a bordo porque en cubierta había bolsas con amianto.

La reacción de la parte turca era previsible. "No nos dejaremos gobernar por chatarreros de ninguna clase", aseguró el ministro turco de Entorno. Ankara declinó todas las ofertas económicas y de envío de expertos para la limpieza del navío en su territorio efectuadas por La Haya.

Cuando el Otapan atraque por fin, se efectuará un nuevo inventario de la carga. Luego serán admitidas las ofertas de limpieza y desguace. Las firmas aspirantes podrán ser nacionales y quizá también internacionales, y entre los muelles holandeses con infraestructura para este trabajo figuran Rotterdam, Delfzijl o Den Helder. La cantidad de amianto presente en las tuberías y en la sala de máquinas puede aumentar el precio final. En conjunto, el buque podría estar listo en el plazo de un año.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_