Estados Unidos investiga si la explosión subterránea de Corea del Norte fue nuclear
Algunos expertos dudan que el país tenga capacidad para fabricar una bomba atómica
Estados Unidos trata de averiguar si es cierto que la explosión que hubo en la madrugada del lunes cerca de Gilju, en Corea del Norte, fue o no una prueba nuclear, pero la respuesta puede tardar un tiempo en despejarse. Hubo una explosión subterránea que quedó registrada en los sismógrafos, como ocurre cuando hay un terremoto, pero no hay por ahora nada que garantice que su origen fuera nuclear. Con los expertos divididos en sus análisis, la Casa Blanca prefirió no aventurar: "Saber exactamente lo que ocurrió puede llevar un cierto tiempo a los científicos", dijo el portavoz, Tony Snow.
Tony Snow no reveló -"por razones de seguridad, para proteger fuentes y métodos"- los procedimientos que el Gobierno está empleando para saber qué ocurrió (datos sísmicos, señales electrónicas y análisis atmosféricos de partículas), pero aseguró que se harán públicos los resultados. También se curó en salud y dijo que "existe la remota posibilidad de que nunca lleguemos a saberlo", aunque dijo que habrá muchos más datos en el espacio de dos días.
El portavoz incluso especuló con la posibilidad de que el material explosivo sea producto de anteriores investigaciones y que el Gobierno norcoreano haya decidido hacerlo pasar por una prueba nuclear. Snow añadió que Estados Unidos no sabe "si Corea del Norte tiene o no capacidad para colocar una bomba nuclear en uno de sus misiles".
Las dudas de la Casa Blanca, compartidas por el Pentágono y similares a las que expresó en junio con motivo del lanzamiento experimental de cohetes estratégicos norcoreanos, no rectifican el juicio de que Pyongyang representa una grave amenaza para la comunidad internacional ni deben ser interpretadas, aclaró Snow, como un intento de restar gravedad a la situación: "Lo que ha ocurrido es importante, aunque hay muchas cosas que no están claras".
Impacto pequeño
Según el análisis de Anthony Cordesman en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, "el impacto sísmico es relativamente pequeño". El Instituto Geológico de Estados Unidos detectó un temblor de 4,2 grados en la escala Richter. "Puede haber sido el fracaso de una prueba más ambiciosa, puede haber sido una prueba con material altamente enriquecido, pero sin llegar a ser material nuclear", según Cordesman, que cree que no será fácil, a corto plazo, determinarlo con exactitud. "Y tampoco tenemos la certeza de que Corea del Norte posea la tecnología capaz de construir una bomba atómica o colocar una cabeza nuclear en un misil" (...) "Harían falta varias pruebas subterráneas para desarrollar esa capacidad, aunque hay avances en pruebas y simulaciones que ya han usado India y Pakistán".
Una fuente de inteligencia citada por The Washington Times también cree que la magnitud de la explosión entra dentro de lo registrado en anteriores pruebas nucleares, "pero también se puede lograr a partir de la acumulación de una fuerte cantidad de explosivos". Es posible también que la baja intensidad registrada fuera el resultado de una detonación parcial, de un relativo fracaso: es la tesis que defienden científicos consultados por The New York Times como Philip E. Coyle, que fue director de pruebas de armas en el Pentágono: "Si es una primera prueba, ha sido más pequeña y menos exitosa de las que hicieron otras potencias nucleares". Coyle no descarta que los norcoreanos lo hayan querido así, "pero también es muy posible "hayan intentado hacer algo más fuerte y no les haya salido", afirma.
En todo caso, aporta George Perkovich en un análisis de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, "si se llega a la conclusión de que es un fracaso, es imperativo que el Consejo de Seguridad tome todas las medidas para impedir que Corea del Norte repita de nuevo una prueba", porque, "como ocurrió con misiles, el fracaso podría acentuar la determinación de Pyongyang de salvar la cara intentándolo de nuevo".
Esfuerzo diplomático
Perkovich, que cree que la prueba pone de manifiesto la frustración y la determinación de Corea del Norte, recomienda que Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur se impliquen en "un esfuerzo diplomático intensivo para que Asia no caiga en una carrera armamentística". Por parte de Washington, el momento no es el mejor, señala el asesor internacional de un congresista, "no sólo porque coincide con una situación muy difícil en Irak o con la incertidumbre de la negociación nuclear con Irán; el problema es que esto ocurre cuando la credibilidad internacional y nacional del presidente está muy debilitada, y cuando estamos cerca de unas importantes elecciones legislativas sobre las que hay otro elemento de distracción como el escándalo [por los mensajes con contenido sexual a adolescentes enviados por el congresista] Foley".
El senador John McCain entró ayer con fuerza en la pelea sobre las responsabilidades de la crisis y recordó "a Hillary Clinton, y a otros demócratas que critican a Bush, que el acuerdo que el Gobierno de su marido negoció fue un fracaso", porque Pyonyang "recibió millones y millones en ayuda, y desvió mucho dinero a asuntos militares".
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