Picoteos saludables

Somos lo que comemos, dicen los sabios de los fogones. Y ya no comemos como comíamos. Los hábitos alimenticios han cambiado en la última década, sacudidos por la transformación de la sociedad. Nuevas tendencias en el universo de la alimentación se consolidan: las raciones individuales como, por ejemplo, las monodosis de arroz, la preocupación por la etiqueta de sano o saludable y la desestructuración del modo y momento de comer. Según los estudios, la rapidez y la comodidad para preparar los alimentos son las dos primeras razones para elegir un menú. Los productos lanzados por la industria alimentaria en los últimos años son muestra de este cambio de hábitos: sopa, ensalada o tortilla en formato individual. La presentación de los alimentos tiende a las raciones individuales para adaptarse a las nuevas circunstancias: los hogares españoles de una o dos personas han pasado en la última década del 5% al 27%. Durante 2005, el 56% del gasto realizado en alimentación fue en el hogar emergente: unipersonal, monoparental, solteros, parejas jóvenes sin hijos, según cálculos de la consultora en innovación aplicada NODE. "Además de los productos en envase más pequeño o individual, crecen los precocinados, especialmente refrigerados como los gazpachos, las pizzas y las tortillas, con un aumento anual del 30%", explica Xavier Lesauvage, experto de NODE. "El tiempo dedicado para cocinar se ha reducido a la mitad en 10 años, dedicándose actualmente poco más de unos 15 minutos de media. Un 25% de la población reconoce ser pobre en tiempo", añade Lesauvage. La Encuesta Nacional de Nutrición muestra el poco tiempo que tiene un español para cocinar y comer. "La falta de tiempo no hace que comamos peor. En el estudio podemos observar que la población española no escatima en alimentación. Los datos reflejan que la media española añade a su dieta pescado por la noche, aceite de oliva, ternera blanca, productos sanos y saludables con un coste alto", subraya Álvaro López-Belmonte, coordinador del Observatorio de Nutrición. Pese a las prisas, el 78% de los encuestados come en casa. La encuesta también indica que la mayoría de españoles come entre horas. El 36% admite picotear antes de la comida una fruta, un bocadillo, un pincho o un yogur. Es el llamado fenómeno del snacking, que consiste en comer o picar entre horas. El máximo exponente es Estados Unidos, donde se calcula que en promedio realizan unas 20 tomas al día, mientras que en Europa la media ronda entre las cuatro y las seis. Para Lesauvage, este fenómeno no es peligroso si se consumen productos sanos y equilibrados. "La tendencia es cambiar más la forma de consumir alimentos que el tipo de alimento. Por ejemplo, consumimos sopas en vaso, aunque seguimos tomando sopa de toda la vida; las ensaladas preparadas siguen siendo ensaladas, al igual que las verduras a la parrilla congeladas siguen siendo verduras".