Cataluña está por detrás de las 60 regiones europeas punteras en innovación
Madrid, País Vasco, Navarra y varias zonas del Este mejoran las cifras de la economía catalana
La economía catalana acelera en 2006 con un crecimiento del 3,6% en el segundo trimestre, que obligará al Gobierno a revisar al alza las previsiones para este año. Pero la buena salud general contrasta con aspectos más sombríos. Cataluña está por detrás de las 60 regiones punteras de la UE en innovación: en el puesto 66º, según el primer avance de un estudio que maneja la Comisión Europea. Por delante aparecen Madrid, País Vasco, Navarra e incluso regiones del Este. La Cámara de Comercio alertó ayer de este problema. La comunidad "está muy lejos de lo que sería razonable en función de sus posibilidades", dijo el economista Martí Parellada en la presentación de la Memoria económica de Cataluña.
La Comisión Europea ultima un estudio sobre innovación en las regiones españolas que presentará a finales de octubre en Madrid la comisaria de Política Regional, Danuta Hübner. Pero Bruselas maneja ya varios informes sobre la capacidad innovadora de las comunidades. Uno de los más destacados, elaborado por la Universidad de Maastricht, sitúa a Cataluña en el puesto 66º de un total de 208 regiones europeas. Estocolmo y otras regiones del norte de Europa encabezan la lista. La primera región española en innovación es Madrid, en el puesto 28º, pero el País Vasco y Navarra figuran también por delante de Cataluña, al igual que cuatro regiones de Europa del Este.
"Cataluña se encuentra en un lugar intermedio en el ranking europeo", explicó ayer Mikel Landabaso, de la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea. Como contrapunto, Landabaso señaló también que Cataluña es la segunda región española en crecimiento del gasto en investigación y desarrollo (I+D) en los 10 últimos años, sólo después de Navarra.
Al margen de este estudio, Parellada citó ayer otro informe -elaborado por la firma de análisis británica Huggins Associates- en el que Cataluña figura en el puesto 128 de la UE.
Cambio de patrón
El director de la Memoria económica de Cataluña dio cuenta del buen momento de la economía catalana, y coincidió con el consejero de Economía, Antoni Castells, al constatar un cambio en el patrón de crecimiento, con menor peso de la construcción y una mejora de las exportaciones y de la inversión en bienes de equipo. Pero al detenerse en los problemas -inflación y déficit comercial-, Parellada destacó que en innovación se han producido "avances muy magros, lejos de lo que sería razonable en función de las posibilidades" de la comunidad. "Es necesario un mayor esfuerzo público y privado y una mayor implicación de las universidades", dijo.
La memoria concluye, en uno de sus monográficos -firmado por Isabel Busom, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)-, que sólo una cuarta parte de las empresas catalanas llevan a cabo actividades innovadoras, y más de un tercio de las que no innovan "no tienen ninguna intención de hacerlo", según Parellada. Aun así, el estudio de Busom destaca que la evolución más reciente de la innovación realizada por las empresas "ha sido muy positiva" en 2003 y 2004. Ese año, el I+D catalán se situó en el 1,34% del producto interior bruto (PIB) de la comunidad, de acuerdo con los datos de Idescat. Esa cifra supone el 70% de la media de la UE de los Veinticinco en I+D en relación con el PIB.
Acuerdo de competitividad
La innovación aparece como la primera prioridad del acuerdo de competitividad, suscrito por el Gobierno autónomo y los agentes sociales en febrero de 2005. El objetivo del pacto es alcanzar el 2% del PIB catalán en I+D e invertir el 5% en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) al final de la legislatura. Los presupuestos catalanes de 2006 destinaban ya 195 millones de euros específicamente a la partida de I+D+i.
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, se refirió también en la presentación de la Memoria económica a la necesidad de poner el acento en la innovación. Valls apuntó que el déficit de infraestructuras, la necesidad de mejorar la educación y la innovación e investigación son "algunos obstáculos que se le presentan a la evolución inmediata de la economía catalana".
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