_
_
_
_

Los escándalos persiguen a Lula hasta las urnas

Escrutado el 87,11%, el presidente brasileño rozaba la mayoría absoluta, con el 49,32% de los votos

Jorge Marirrodriga

Los escándalos aparecidos en las últimas semanas en el entorno de Luiz Inácio Lula da Silva sirvieron para llenar de emoción la noche del escrutinio. Según avanzaba el recuento oficial de los votos, las cifras del presidente mejoraban décima a décima acercándose a la mayoría absoluta necesaria para lograr la reelección en la primera vuelta de las elecciones de Brasil. Con el 87,11% de los votos escrutados, Lula lograba el 49,32%. Su rival, el socialdemócrata Geraldo Alckmin (que desde hace semanas mantenía una trayectoria ascendente en las encuestas), lograba el 40,86% de los sufragios. Durante toda la tarde de ayer, el equipo de campaña de Lula no cayó en la euforia y comenzó a trabajar en la eventualidad de una segunda vuelta para el 29 octubre.

El precio de la victoria va a ser muy alto para el PT por la denuncias de corrupción

Más que la victoria parcial de Lula, quien aspiraba volver a batir records con la reelección en primera vuelta, lo que llama la atención es el salto en las previsiones dado por Alckmin. Un notable avance que coloca al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) ante una segunda vuelta en la que tiene posibilidades reales de llegar al Palacio de Planalto, algo que no creían ni en su propio partido cuando a principios de año la cúpula del PSDB no quería designarlo candidato presidencial. En tercera posición, y cumpliendo las previsiones, se situaba la candidata del Frente de Izquierda, Heloísa Helena, con el 6,66% de los votos.

Que Brasil es un país de contrastes volvió a demostrarse ayer. Millones de votantes -había 130 convocados en un país donde el voto es obligatorio, a excepción de las personas analfabetas o mayores de 70 años- trataban de llegar a los colegios electorales con escasos medios. Allí se encontraron con un moderno sistema de votación electrónico que abarcaba el 70% de las mesas electorales. Un sistema poco complicado, eso sí. Cada elector debía pulsar 21 teclas antes de que su voto fuera validado... Y no ser supersticioso si quería votar a Lula, cuyo número era el 13.

El presidente brasileño se trasladó por la mañana a la ciudad de São Bernardo, en la costa paulista, una localidad donde continúa empadronado. Allí, además de mostrar su confianza en la victoria en primera vuelta, aprovechó para hacer campaña de último minuto a pie de urna. "Brasil ya tiene un destino marcado. Tiene que continuar creciendo y la vida del pueblo tiene que seguir mejorando y espero que el pueblo coloque este deseo en las urnas", resaltó flanqueado por el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la gobernación del Estado de São Paulo, Aloizio Mercadante.

Pero el precio de la victoria electoral ha sido muy alto. La durísima campaña electoral vivida en las dos últimas semanas con una oposición lanzada en picado sobre los escándalos de corrupción en el PT y especial en el intento de compra de un informe con el que pretendía perjudicarse a José Serra el candidato socialdemócrata a la gobernación del Estado de São Paulo, ha supuesto un duro desgaste no sólo para Lula -que ha visto prácticamente a diario cómo su índice de intención de voto descendía lenta pero uniformemente-, sino sobre todo para el PT.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Anoche en Brasilia ya comenzaba a estudiarse la nueva estrategia que deberá llevar adelante Lula para poder suplir la debilidad ante un electorado que ha visto cómo en poco menos de dos años las principales figuras del PT han caído una tras otra después de verse implicadas en casos de corrupción. Y si el escándalo revelado la semana pasada, que alcanza al mismo presidente del partido, Ricardo Berzoini, no se ha saldado con la destitución de éste, ha sido simplemente porque hubiera significado el reconocimiento formal a pocos días de la cita electoral de que el PT sigue corrupto. Porque llueve sobre mojado. Berzoini es el sustituto de José Genoino, quien fue apartado de la presidencia del partido el año pasado tras su implicación en la red de compra de votos y financiación ilegal conocida como el mensalão.

Hoy, en el día después de las elecciones, Lula se enfrenta a dos problemas que van mucho más allá de la campaña presidencial en la que tendrá que emplearse a fondo. En primer lugar, la refundación -o una reconstrucción, pero el fondo será el mismo- del PT, porque la formación ha perdido un gran crédito ante el público salvado apenas en solitario por Lula. Pero al ex sindicalista ya sólo le quedan cuatro años, tiempo en que la formación, fundada en 1980, debe encontrar otro referente que pueda presentarse en condiciones ante el electorado y especialmente que no deba estar dando explicaciones casi permanentemente sobre su inocencia en los desmanes que comete el PT.

En segundo lugar, está la colaboración con otras fuerzas políticas. "No basta la lealtad del PT, tenemos que buscar el diálogo para tener gobernabilidad", subrayó el gobernador de Acre, Jorge Viana. "El PMDB [Partido del Movimiento Demócrata Brasileño] debe ganar espacio", añadió.

La actitud del PT en la última semana ha causado malestar incluso entre sus propias filas donde se considera que ha tenido una posición demasiado pasiva ante las graves acusaciones que se han vertido contra él. Una sensación multiplicada con la ausencia de Lula del debate televisado del jueves. Tal vez por ello en la noche del sábado (madrugada de ayer en España) el PT solicitó formalmente al Tribunal Superior Electoral la recusación de Alckmin como candidato a la presidencia por financiación irregular, uso indebido de los medios de comunicación, utilización partidista de la maquinaria administrativa y abuso de poder político. La medida es un brindis al sol, ya que en ningún caso la autoridad electoral hubiera podido resolver la denuncia ante de la apertura de las urnas.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, candidato a la reelección, en el momento de votar ayer en São Bernardo do Campo, cerca de São Paulo.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, candidato a la reelección, en el momento de votar ayer en São Bernardo do Campo, cerca de São Paulo.EFE

Río y São Paulo, feudos opositores

Aunque a la sombra de la batalla por la presidencia de la República, ayer se celebraron otras cuatro elecciones. Los brasileños votaron además para designar 513 diputados federales, 27 senadores, 1.059 diputados de diferentes Estados y 27 gobernadores.

En el sistema político brasileño el poder en el Parlamento queda diluido, por lo cual la mayor atención se centraba en las elecciones a gobernador en dos de los Estados más importantes de Brasil: São Paulo y Río de Janeiro. Ambos seguirán en manos de la oposición.

En el poderoso Estado paulista, la batalla se ha dado entre el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Aloizio Mercadante, y una de las figuras más importantes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el ex alcalde de São Paulo José Serra, a quien muchos de sus compañeros de partido habría querido como candidato a la presidencia de la República. Serra barrió a su rival con el 58% de los votos. Mercadante ha recibido un fuerte apoyo del presidente Lula da Silva, que, aunque le ha servido para obtener un respaldo creciente del electorado, no ha bastado para que São Paulo deje de ser un bastión del PSDB. Aloizio se quedó en el 30%, pero sus votos han resultado vitales para la victoria parcial de Lula.

Mientras, en Río de Janeiro, con la victoria de Sergio Cabral, del Partido del Movimiento Demócrata Brasileño (PMDB), dada por descontada -obtuvo el 38,91%-, la duda estaba en quién le acompañaría a la segunda vuelta. Finalmente, Denise Frossard, del Partido Popular Socialista (PPS), con el 27,91% de los sufragios, se impuso al obispo evangélico Marcello Crivella, del Partido Republicano Brasileño (PRB), que se quedó con el 16,72% de votos.

El PT tuvo un éxito parcial en el Estado de Bahía, donde Jacques Wagner, rompiendo los pronósticos, obtuvo un 54% y ganó en primera vuelta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_