Desaparece un testigo clave en un caso contra la dictadura argentina
Julio López declaró en el juicio que condenó a un alto cargo policial
Más de 10.000 manifestantes de organizaciones de defensa de los derechos humanos y de partidos de izquierda marcharon anteanoche desde el Congreso hasta la histórica plaza de Mayo, de Buenos Aires, para reclamar el hallazgo con vida de un testigo clave en el juicio que condenó a un represor de la última dictadura (1976-1983) a cadena perpetua. El testigo desapareció el pasado día 18, un día antes de que la justicia dictara sentencia.
Jorge Julio López, albañil de 77 años, que fue detenido y torturado durante el Gobierno militar, había testificado el 28 de julio pasado contra Miguel Etchecolatz, director de Inteligencia de la policía bonaerense entre 1976 y 1979, y desapareció el pasado 18 de septiembre, un día antes de que la justicia sentenciara al ex agente por violaciones a los derechos humanos.
"Exigimos al Gobierno la aparición con vida ya de Julio López", rezaba la bandera que encabezaba la manifestación, dominada por grupos opositores al presidente Néstor Kirchner, aunque algunos de los participantes -como el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel- no se adhirieron al documento de los organizadores, que responsabilizaba al Ejecutivo por la desaparición del testigo supuestamente protegido.
No asistieron los grupos de derechos humanos afines al presidente argentino, como la Asociación Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo. Ayer, como todos los jueves, las madres hicieron su habitual ronda alrededor de la plaza, y junto a militantes kirchneristas exigieron la aparición de López.
Antes de la marcha, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, fue recibida por el jefe de Estado.
Kirchner impulsó en 2003 en el Congreso la anulación de las leyes del Perdón para los Represores de la Dictadura, las de Obediencia Debida y Punto Final, que se habían sancionado en el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) para que sólo se juzgara a los altos mandos.
Juicios contra militares
La Corte Suprema de Justicia ratificó el año pasado la nulidad de las leyes de amnistía, y desde entonces ya se produjeron dos condenas, la última de ellas contra Etchecolatz. Quedan aún pendientes decenas de juicios contra otros militares y policías de la dictadura.
En el juicio contra Etchecolatz, López, que militaba en el peronismo en los años setenta, lo reconoció como su torturador y como supervisor de la ejecución de un matrimonio de correligionarios. También mencionó a otros 14 policías y a un militar. El pasado día 17 López fue visto por última vez, cuando su hijo lo despidió después de cenar. El día 18 iba a asistir a los alegatos del juicio contra Etchecolatz, pero no acudió. Pasaron 11 días y aún no aparece.
Al principio, la familia de López pensaba que el anciano habría sufrido un choque nervioso por el recuerdo de su detención y ahora estaría perdido. Aún se aferra a esa esperanza. Pero el lunes pasado, tras una semana de ausencia, el gobernador de la provincia de Buenos Aires -donde vivía López-, Felipe Solá, declaró que el albañil "es el primer desaparecido en democracia". Kirchner le reclamó en privado a su correligionario Solá que no usara la sensible palabra "desaparecido". Sin embargo, el presidente reconoció su inquietud en un acto en la Casa Rosada.
Ayer se agregó otro elemento que enturbia el clima político judicial: por carta, recibieron amenazas de muerte del tribunal que condenó a Etchecolatz, otros tres juzgados con causas contra represores y tres fiscales que las investigan.
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