Cambios en la atención a enfermos irreversibles para ganar eficacia

El Departamento de Sanidad ha reorganizado todo el servicio de cuidados paliativos para darle un impulso y ganar en eficacia. Este tipo de cuidados van dirigidos a pacientes con enfermedades progresivas e irreversibles que no responden a los tratamientos curativos. El objetivo es controlar el dolor que sufren este tipo de enfermos y atender sus problemas psicológicos y sociales, así como los de sus familiares. "El objetivo es mejorar su calidad de vida y, en su caso, prepararles para una muerte digna", apuntó ayer el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, tras la aprobación por el Consejo de Gobierno del plan de cuidados paliativos.

Los principales grupos de enfermos susceptibles de recibir estos cuidados son los pacientes terminales de cáncer, con enfermedades de origen cardíaco o respiratorio, Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas. En la actualidad, Osakidetza cuenta con unidades de cuidados paliativos de tres hospitales de media y larga estancia y en otros dos concertados. También hay equipos de consultores en otros dos centros hospitalarios y unos equipos de hospitalización a domicilio. "Lo que pretendemos es consolidar un modelo organizativo que atienda con solvencia las necesidades de cuidados paliativos", señaló Inclán.

Para elaborar el plan, Sanidad ha analizado el número de personas atendidas en esas unidades en los últimos años. Por ejemplo, en 2004 el 48% de muertes por cáncer se produjeron en el domicilio del enfermo. Eso significa que gran parte de ellos pudieron ser atendidos por los equipos de atención primaria. Ese mismo año, otros 676 pacientes con cáncer terminal fueron tratados por las unidades de cuidados paliativos y 845 por los equipos de hospitalización a domicilio.

Inclán apuntó que el plan servirá para impulsar la continuidad de cuidados y la coordinación entre los distintos niveles asistenciales; mejorará la organización de los servicios sanitarios para que se adapten a las necesidades de los pacientes y facilitar la formación del profesional sanitario en la investigación y mejora de este tipo de servicios.

El plan contará con una financiación equivalente a la que ahora se destina a los cuidados paliativos, es decir, aproximadamente 14 millones de euros al año. "Con ese dinero ya se consigue actualmente que la práctica totalidad de las personas que requieren cuidados paliativos los reciban", apuntó el consejero. Por tanto, más que de un impulso en la financiación, de lo que se trata es "de dar un impulso a la organización". Y es que, por ejemplo, Osakidetza ha comprobado tras analizar los 14 millones de euros de gasto que el 38,5% del mismo se realizó en unidades hospitalarias no específicas con un coste muy superior al que se hubiera producido en las unidades preparadas para ello. "El plan se basa en la reorganización", concluyó el consejero.

La forma de emplear los cuidados paliativos generó una gran polvareda el año pasado con la polémica surgida en el hospital madrileño de Leganés, tras la muerte de varios pacientes en estado terminal. La consejería de Sanidad de la comunidad madrileña llegó a destituir a los principales responsables del centro, a pesar de que estaban respaldados por los demás profesionales.