Segovia, el jardín de las letras
La ciudad se convierte hasta el domingo con 80 escritores en una fiesta literaria y artística
¿Segovia? ¿Por qué no? se preguntaron hace un año y medio los organizadores del Hay Festival. "Es un lugar mágico, una ciudad recoleta, con mucha historia y una población muy activa". Puede funcionar, pensó Lyndy Cooke, productora, junto al director, Peter Florence, de una de las citas literarias más importantes de los últimos años. El concepto es sencillo: encuentros cercanos, casi íntimos, entre autores y público. Efectivamente, esta idea empezó a funcionar ayer y seguirá hasta el domingo, entre la expectación de los ciudadanos, la sorpresa de los turistas de paso por la ciudad y la emoción de los amantes de a la lectura.
Después del pueblito galés de Hay-on-Wye, y de Cartagena de Indias (Colombia). "Nosotros también nos hemos apuntado a este festín literario de cuatro días", señala Ignacio Sanz, ceramista y cuentacuentos segoviano, quien mañana moderará una conversación entre Enrique Vila-Matas, Rosa Montero, Carmen Posadas, Ali Smith, Jorge Franco y Laura Restrepo. El placer del leer es el título. Un placer que ha llevado a esta capital castellana, donde Antonio Machado escribió Canciones a Guiomar, a más de 80 escritores, músicos y artistas procedentes de todo el mundo, centenares de jóvenes voluntarios y dispuestos a colaborar, y a miles de lectores. Ayer por la tarde se habían vendido más de 1.700 entradas, a siete euros cada una. Los autores más solicitados eran Doris Lessing y Martin Amis.
El concepto es sencillo: encuentros cercanos, casi íntimos, entre autores y público
A pesar de la amenaza de las nubes y la atmósfera de un día preotoñal, ayer la plaza Mayor estaba bastante animada. Los curiosos se acercaban a una caseta abarrotada de libros. "Son unos 5.000 volúmenes: la bibliografía de todos los autores que participan en el festival", señala Federico González, presidente de la Asociación de libreros de Segovia -que agrupa cuatro establecimientos-. "Un señor de Lugo acaba de pedirme 20 títulos para que sus escritores favoritos se los dediquen", añade Fuencisla, detrás de algunas columnas de libros. "De momento, se han pasado a husmear y a comprar sobre todo muchos británicos, que están más acostumbrados a este tipo de eventos. Sin embargo, el hecho de que en España y en Segovia se celebre un festival de estas características es emocionante. Todos los que hemos podido, nos hemos volcado de lleno".
Como Julia Casaravilla, uruguaya y segoviana de adopción, que, literalmente, ha abierto las puertas de su casa y, sobre todo, las de su jardín, al Hay Festival. Es el Romeral de San Marcos, a pocos kilómetros del casco antiguo, un jardín creado por su marido, el paisajista Leandro Silva, que se ha convertido en un espacio de referencia para el mundo de la cultura segoviana. Mañana ofrecerá, junto al especialista José Antonio Gómez Municio, una visita guiada a 25 personas entre árboles frutales, bambúes japoneses o plantas de climas frío.
"¿Quién va al concierto de Bob Geldof?". Maria Cristina Paradisi tiene delante de ella a decenas de personas; sin embargo, no se dedica a vender entradas. Esta chica italiana de 25 años, licenciada en Filología Hispánica, llegó a Segovia hace cuatro meses con una beca del programa de intercambio Leonardo. Ahora tiene un cuartel general: el Palacio de la Alhóndiga, antiguo almacén de cereales y hoy sala de exposiciones. Allí se dedica a coordinar a unos 150 jóvenes voluntarios, españoles y extranjeros. "Son los que se encargan de que todos los engranajes funcionen. Por ejemplo, asesoran al público, acompañan a los invitados y hacen todo lo relacionado con las relaciones públicas", comenta. Adrián también es becario. Viene de Pontevedra, pero estudia Publicidad en Segovia. "Es una experiencia de intercambio muy enriquecedora. Es una pena que no participe en el festival mi escritora favorita, Isabel Allende", señala. Sí, en cambio, podrá conocer a su autor de referencia, Zahyra, de 19 años. Su joven experiencia de lectora tiene un recuerdo imborrable: Ética para amador, de Fernando Savater. "Lo quiero ver y escuchar", dice sonriendo esta voluntaria.
Mariano Grau, histórico cronista de la ciudad y autor de Segovia, cinta en tecnicolor, recomendaba una cosa al que ponga pie en su ciudad: "Aborrecer la prisa... Y renunciar en absoluto a la línea recta. Lanzarse con los ojos muy abiertos, de par en par por las ventanas del espíritu, y a la aventura". Desde ayer, esta aventura sale de los libros impresos y se hace palabra de diálogo entre quien escribe y quien lee.
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