El empleo industrial cae en Barcelona mientras que aguanta en el resto de Cataluña

El declive del empleo industrial está castigando más a Barcelona que al resto de provincias catalanas, al menos en cifras absolutas. La demarcación barcelonesa es la única que ha registrado una pérdida neta de puestos de trabajo industriales entre 2000 y 2005, con un retroceso de 45.500 afiliados a la Seguridad Social, mientras que Girona, Lleida y Tarragona han logrado aumentar el número de empleados del sector en el mismo periodo, según el último informe de Caixa Catalunya sobre la situación y perspectivas de la economía catalana.

La industria ha perdido fuelle en el mercado laboral tanto el términos relativos como absolutos en los últimos años en Cataluña, aunque el comportamiento ha sido desigual en las distintas provincias y ha registrado crecimientos absolutos en Girona, Lleida y Tarragona.

El número de trabajadores vinculados al ramo industrial ha caído en 37.000 personas desde 2000 en el conjunto de la comunidad, el 6,3%, hasta situarse en 555.400, según cifras de la Seguridad Social recogidas por Caixa Catalunya. Este descenso ha hecho menguar la contribución de este sector al conjunto del empleo en Cataluña, que ha pasado del 26,87% en 2000 al 21,66% en 2005, mientras que los servicios ganan cada vez más protagonismo en la economía y su peso en el empleo ha subido del 63,85% al 68,10%.

Esta tendencia a la desindustrialización, tónica general en el conjunto de España y los países de su entorno, resulta más acusada en Barcelona, la única provincia que ha registrado una pérdida absoluta de empleos industriales (45.500 afiliados menos, un descenso del 9,4%), mientras que en Girona el número de trabajadores del sector ha crecido en 1.600 (3,4%), en Lleida en 1.200 (5,2%) y en Tarragona en 5.400 (14,8%).

Crecen los servicios

Los servicios comen terreno a la industria en el mercado laboral en todas las provincias catalanas, pero sobre todo en Barcelona, donde la industria ha pasado del 27,8% en 2000 al 22,3% en 2005. El sector servicios, sin embargo, ha incrementado su peso en el total de afiliados a la Seguridad Social en 4,8 puntos, hasta el 69,2% en 2005, mientras que la construcción y el sector primario ha registrado avances moderados de 0,6 y 0,1 puntos, respectivamente.

Girona y Lleida redujeron el peso del empleo industrial en 4,5 y 4,4 puntos respectivamente, mientras que los servicios mejoran su aportación en 2,9 puntos en el caso de Girona, hasta el 64,4%, y hasta el 65,3% en Lleida, 2,7 puntos porcentuales más.

En Tarragona, la industria muestra síntomas más saludables que en el resto de Cataluña y su peso en el conjunto de la ocupación se ha reducido menos desde el año 2000 y ha pasado del 21,1% al 18,3%, con un descenso de 2,8 puntos. El empleo en el sector servicios ha crecido en el mismo periodo en 2,2 puntos, hasta representar el 64,0% del trabajo en Tarragona.

La cifras confirman una tendencia la desindustrialización, que es general en todos los países del entorno de España, pero que se produce a ritmo más intenso en el caso de Cataluña. El País Vasco y la región italiana de Emilia Romagna, por ejemplo, se encontraban en el mismo nivel de industrialización que Cataluña hace seis años, pero el retroceso de ambas regiones desde entonces ha sido la mitad que el catalán.