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Reportaje:

Cibeles abre en blanco y negro

27 desfiles y 32 diseñadores muestran a partir de hoy sus nuevas tendencias para la primavera-verano de 2007

La 44ª edición de Pasarela Cibeles, con las propuestas para la primavera-verano de 2007, comienza hoy en el madrileño parque del Buen Retiro, extendiéndose hasta el próximo viernes 22, dentro de unas carpas especialmente instaladas al efecto en el Paseo de Coches, cercano a la emblemática zona monumental de los Jardines de Cecilio Rodríguez, una de las más conservadas de la bicentenaria zona verde de la capital. Cibeles ya había empezado dentro de una carpa en su primera edición en febrero de 1985 en la plaza de Colón.

Esta vuelta a los orígenes después de que hayan pasado por el salón madrileño más de 150 diseñadores nacionales y una treintena de extranjeros la afianza manteniendo sus nexos contractuales con la Semana Internacional de la Moda de Madrid (SIMM); ya se experimentó con este tipo de cubierta extraíble en la edición pasada en el exterior del Ifema (Parque Ferial Juan Carlos I), apuntándose a una tendencia que ya estaba muy desarrollada desde hace años en otras grandes ciudades que son productoras de moda y donde hay establecida una semana de mercado asociada a una pasarela de postín. Es el caso, entre otras, de Londres (exteriores del Museo de Historia Nacional), Nueva York (Bryan Park), París (Trocadero y Tullerías) y Milán (aledaños del Castello Sforzesco).

Se evoca lo militar, el uniforme de campaña y el maltrato de los tejidos
La presencia cada vez más fuerte e influyente de la moda deportiva también se deja sentir

Moda masculina

Aunque Cibeles tiene entre sus presupuestos fundamentales ser un salón de moda femenina, la presión del mercado y el consumo de artículos de confección, adjuntándose al criterio de varios diseñadores, han forzado a la inclusión progresiva de moda masculina, con lo que tendremos varios desfiles mixtos. A pesar de que las mujeres siguen siendo las que más compran, las estadísticas destacan el ligero despertar del público joven en la medida de sus posibilidades económicas y del masculino con una ampliación notable de su armario.

Ahora Cibeles, con 27 desfiles, 32 diseñadores y el EGO (salón de jóvenes emergentes, que tendrá lugar los días 23 y 24), a partir de esta edición se convierte en contenedor forzoso de dos grupos importantes de diseñadores. Unos, mayoritarios y consagrados, agrupados en la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), y la recientemente creada Asociación Artística de Diseñadores Nacionales de Moda de España (ADÑ), que aglutina a los mejores talentos de última generación.

Las tendencias de diseño presentes en Cibeles serán muy variadas; hay para todos los gustos, tal como se presentan en la realidad del mercado global actual. Sobre gustos hay demasiado escrito. La vuelta a los años sesenta y setenta, los apuntes coloristas que recuerdan la psicodelia y su entorno, las siluetas triangulares y el corte imperio, la presencia dominante del blanco y el negro (por separado y a veces junto) y un cierto dramatismo acorde con los tiempos donde se evoca lo militar, el uniforme de campaña y el maltrato de los tejidos, dan cuerpo a unas colecciones en las que abundan los tejidos evanescentes que permiten profundas manipulaciones desde el plisado a los desarrollos volumétricos. Será una temporada de primavera-verano en 2007 con abundancia de estampados florales, imposición de los modelos deportivos y donde el dominio de una falda cómoda, amplia y evolucionada, competirá con los ya vistos minipantalones de vértigo.

La presencia cada vez más fuerte e influyente de la moda deportiva también se deja sentir en las colecciones actuales, y para ello los especialistas han creado varios nombres de corriente; es un hecho que la mezcla urbana de la ropa de hacer deporte con la de tendencias ha dado ya frutos firmes en elementos que jerarquizan dentro de una pasarela un orondo chándal, una sudadera con capucha, unas bambas listadas o las camisetas plagadas de números, escudos y lecturas. La gráfica sigue apareciendo en la ropa de moda, lo mismo que el denim (tela vaquera) en sus versiones tecnológicas más actuales, asociándose ocasionalmente a materias tenidas como más nobles.

Paralelamente, el interés por la sastrería canónica como vector de calidad muestra un interés renovado en muchos estilistas; la artesanía procesal de las prendas, el detalle que da ilusión o acerca el producto a la costura son modalidades que siguen estando presentes. Las inspiraciones son muy variadas: José Miró, en la pintura finisecular del siglo XIX; Carmen March, en la reestructuración del patronaje tradicional; Juanjo Oliva, en la sobriedad aerodinámica; Anke Schlödel rebusca en el trabajo de la videoartista Pipilotti Rist, Locking Shocking con El Jardín Cerrado hablan de una búsqueda de libertad expresiva donde no falta, como siempre en ellos, un potente audiovisual introductorio del trabajo de moda. Entre los clásicos, Andrés Sardá se inspira en la lujosa India de Jaipur; Francis Montesinos hace un homenaje a Valencia, su tierra natal; Ángel Schlesser se retrotrae a los ochenta, y Jesús del Pozo mantiene los valores modelados en la geometría y los colores planos.

La implicación de importantes firmas internacionales de patrocinio como L'Oréal, Nokia, Telefónica y Moët pone a Cibeles en una senda de ampliación palpable, tal como sucede este año también en Londres y su London Fashion Week, que con el apoyo de Marks & Spencer también hace multitud de actividades con la moda emergente y el mercado alternativo.

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