Petróleo barato a cambio de apoyo político

Con el petróleo por las nubes, sobrado de fondos para empujar sus planes en Venezuela y en otras partes del mundo, el presidente Hugo Chávez puede permitirse el lujo de promocionar un modelo económico de perfil centralista, y de forjar numerosas alianzas políticas, suministrando crudo a bajos precios a las naciones más pobres, comprometidas desde ese momento con la agenda bolivariana.

Una de las prioridades de Venezuela y Cuba en este momento es el ingreso del primero como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, para el que compite con Guatemala, que está apoyada por Washington. El Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), integrado por 116 países, supone las dos terceras partes de la Asamblea de Naciones Unidas, y es un bloque decisivo en las votaciones.

Castro, en su entrevista con el diputado y escritor argentino Miguel Bonasso, se mostró convencido de que nadie "va a poder bloquear el ingreso" de Venezuela en el Consejo de Seguridad, desde donde intentarían aplicar reformas de funcionamiento. El ex teniente coronel venezolano viajó por primera vez a Cuba en el año 1994, dos años después de que fracasara su cuartelazo contra la presidencia de Carlos Andrés Pérez.

Doce años después de conocerse, se agota el tiempo y al aprendiz parece haberle llegado el turno. Lo admite el propio Fidel Castro en su encuentro con Bonasso, cuando éste le dice que lo ve bien: "Todo en su justo medio. No hay que olvidar que la máquina a reparar ya tiene 80 años". No obstante, todavía lanza señales de vigor. "Ves", le dice al diputado, "puedo hablar en voz bien alta si quiero".

El temor a perder la vida le llevó a seguir trabajando en la revisión del libro de Ignacio Ramonet durante la convalecencia. En junio había acabado las correcciones a la primera edición. "Lo seguí corrigiendo en los peores momentos. No paré de corregirlo".