Huétor-Santillán despide a la mujer a la que su marido mató en Granada

La práctica totalidad de los 1.750 habitantes de Huétor-Santillán (Granada) se echaron ayer por la mañana a las calles del pueblo para despedir a su vecina Lourdes Rodríguez, de 42 años, que el pasado viernes falleció a manos de su esposo en el domicilio de la pareja, en la capital granadina. Acababa de conseguir su primer trabajo como limpiadora en el Colegio Mayor Cisneros, de la Universidad de Granada. José Luis Murillo, de 44 años, disparó a su mujer dos tiros en la cabeza con una escopeta de caza antes de suicidarse. El supuesto homicida también fue enterrado ayer, a 15 kilómetros de su víctima, en el cementerio de San José, de Granada.

Al sepelio de Lourdes no acudió ninguno de sus tres hijos -dos chicas de 16 y 12 años y un niño de 10- por recomendación de los psicólogos que los atienden. Los chavales permanecieron con sus primos en el domicilio de una hermana de la fallecida, que se va a hacer cargo de ellos mientras los servicios sociales deciden sobre su custodia.

La hija mayor fue la que descubrió los cadáveres de sus padres sobre la cama del dormitorio, cuando regresaba junto a los dos pequeños de comprar tabaco para su padre. Impidió que sus hermanos vieran los cuerpos, alertó a los vecinos y poco después se desmayó.

Después del entierro, en que se vivieron crudas escenas de dolor, los vecinos de Huétor-Santillán se concentraron en la plaza del pueblo durante 15 minutos para condenar el presunto homicidio. El silencio, que había protagonizado toda la jornada, se convirtió en aplausos para Lourdes en el último homenaje que le rindió su pueblo. "Ha muerto por buena persona, por caridad. Temió por la vida de su marido y por eso se mantuvo junto a él. Es una santa", declaró Virtudes, una vecina del pueblo. "Ahora uno junta muchas cosas del puzzle y siente no haber podido hacer algo, no haber sido más listo o haber tenido más suerte", lloraba un amigo de la víctima.

Tanto los vecinos de la pareja en el barrio granadino del Zaidín como el tutor de instituto de la hija mayor manifestaron que Lourdes quería separarse de José Luis. Según las vecinas, estaba buscando un piso para irse a vivir con sus hijos. El marido había vendido su licencia de taxi y había intentado suicidarse varias veces, la última vez hace pocas semanas.