La noche aún huele a tabaco

La noche madrileña echa humo. Los clientes de los bares de copas se fuman literalmente la ley antitabaco en las primeras horas desde la entrada en vigor de la normativa. En la madrugada del viernes, las pequeñas luces rojas que marcan la dirección de los cigarrillos se encienden y se apagan. Se multiplican. "Es que el alcohol te anula la nicotina y te hace fumar más", asegura Miguel en el bar La Fontana de Oro, con la copa en una mano y el cigarrillo en la otra. Dice que lo ha leído en una revista científica. Una de las camareras del local, polaca, no sabe ni de qué le hablan. "¿Qué ley?", pregunta. A la encargada, también extranjera, le suena vagamente, pero "los dueños están de vacaciones", así que de las obras de separación, ni idea.

"Aquí no cumple la ley ni Dios. Yo no fumo y estoy harto", afirma el portero de un 'pub'

En El Nasti, bar de copas de la zona de Malasaña, sólo al portero parece importarle el incumplimiento: "Aquí no respeta la ley ni Dios", se queja, "Yo no soy fumador y estoy harto de que nadie haga nada por cumplirla". Asegura que los propietarios no van a hacer las obras de separación: "Lo que quieren es conseguir que el local les cuente como menor de 100 metros cuadrados y ponerlo todo de fumadores".

"Yo creo que el problema de la ley antitabaco es que se ha quedado a medias. Deberían haber prohibido completamente el tabaco", comenta Carlos, en la planta con humo de La Vía Láctea. Este establecimiento es de los pocos de Madrid que ya hicieron los deberes de separación a principios de año y, según los camareros, sólo se ha notado que la mayoría de clientes se queda en la zona de fumadores. Madrid parece Londres, por la niebla.

En Cataluña, la mayoría de las discotecas de más de 100 metros cuadrados no ha hecho obras porque sus propietarios dicen que son muy costosas. En Luz de Gas, en la parte alta de Barcelona, no han acabado de instalar el sistema de ventilación. Pero al menos, se están adaptando a la ley. En el Apolo, en el Paralelo, y la Botellita, en la Diagonal, no han hecho obras. Sólo se permite fumar en la planta de arriba, aunque no hay ninguna puerta ni cortina de aire en su acceso, como establece la legislación. En el piso de abajo, libre de humo, hay un buen número de clientes con el cigarro encendido.

También hay infracciones en la Zona Hermética, un complejo de discotecas situado en Sabadell. La gran mayoría de locales han colgado el cartel de "prohibido fumar", pero luego la realidad es otra. En el interior, los clientes fuman con normalidad.

Ser una discoteca o un bar de copas para fumadores se ha convertido en un reclamo. En el Tsunami, situado en el Poblenou, han colgado un cartel que reza: "Se puede fumar, el local tiene menos de cien metros cuadrados".

Han colaborado en esta información: Guillermo Abril, David Casals, Roger Cassany, Javier Leal y Sílvia Marimon.