_
_
_
_
El fenómeno de la inmigración

Frattini: "Pido a los países de la UE que sean tan solidarios con España como con Líbano"

El comisario europeo quiere que los países miembros comuniquen sus planes de regularización

Ana Carbajosa

El comisario europeo responsable de los asuntos relacionados con la inmigración, Franco Frattini (Roma, 1957), capea estos días como puede la lluvia de críticas que ha suscitado la lenta reacción de la UE ante la avalancha sin precedentes de personas que llegan a Canarias en cayuco con lo puesto. Antes del verano, Frattini se reunió con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega para buscar soluciones a la crisis migratoria canaria. De ese encuentro nació el compromiso de desplegar a principios de junio patrullas por mar y aire que interceptaran a los inmigrantes antes de alcanzar las costas europeas.

"La solidaridad también consiste en consultar a otros países antes de legalizar inmigrantes"
"Europa necesita a los extranjeros en muchos sectores, no sólo a los trabajadores cualificados"
Más información
La patrullera italiana llega por fin a Canarias
Rubalcaba augura que la presión migratoria no se reducirá en breve y sólo podrá limitarse
España anuncia una cumbre europea sobre inmigración para finales de septiembre

El responsable europeo de Seguridad y Justicia advirtió entonces que había que darse prisa y actuar antes de la llegada del buen tiempo. Tres meses más tarde y con el otoño ya en ciernes, sólo un barco portugués está operativo.

En un encuentro en Bruselas con cuatro medios de comunicación españoles, Frattini achaca la tardanza a lo novedoso de la experiencia de las patrullas conjuntas. "Ha sido organizado en pocos meses por Frontex [la Agencia Europea de Fronteras], creada hace bien poco, y que no dispone de suficientes fondos ni personal", asegura el comisario europeo, que reconoce que ha habido problemas de "coordinación en el propio Frontex", y "falta de experiencia sobre las reglas de funcionamiento sobre el terreno".

El pasado miércoles, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, viajó a Bruselas para pedir una ampliación de esta misión hasta diciembre. Preguntada acerca de qué le hacía pensar que esta vez el despliegue de Frontex se haría en tiempo y forma, dejó claro que esta vez la UE no podía fallar. "Tengo el compromiso del comisario de que funcionará de aquí a diciembre", dijo De la Vega a la vez que miraba fijamente a Frattini y le agarraba por el codo.

"Fortaleceremos la misión en las próximas semanas y en los próximos meses", asegura Frattini, quien se queja sin embargo de la falta de colaboración de algunos países europeos. "Hay 12 países que han aportado expertos

[dedicados sobre todo a la identificación de los inmigrantes], pero sólo cuatro Estados han aportado helicópteros y aviones. ¿Por qué los grandes Estados no han participado? Haré un llamamiento público en Tampere [Finlandia, donde se celebrará el consejo de ministros de Interior de la UE el 21 y 22 de septiembre] para incrementar la solidaridad. Necesitamos más barcos y más aviones para patrullar (...) muchos Estados están aportando ayuda muy importante para enviar un mensaje político sobre el papel de Europa. Me refiero a la misión en Líbano, pero aquí hablamos de nuestra seguridad, de nuestro continente. Pido a los Estados que sean tan solidarios con España como la semana pasada con Líbano".

Pese a la reticencia de algunos países a colaborar -especialmente los que carecen de fronteras exteriores de la UE-, el que fuera jefe de la diplomacia de Silvio Berlusconi considera que Europa ha hecho grandísimos progresos al asumir la inmigración como un tema comunitario, a pesar de que la UE apenas tiene competencias sobre esta materia.

Frattini explica que las nuevas perspectivas financieras -el presupuesto de la UE para los próximos siete años- contemplan importantes mejoras en las partidas presupuestarias destinadas a la inmigración. Esos fondos estarían disponibles a partir de 2007, si los Veinticinco han dado para entonces su visto bueno. Los nuevos capítulos presupuestarios incluyen dinero para financiar políticas de integración, el control de las fronteras exteriores, de atención a los refugiados y los vuelos conjuntos de retorno, para los que se necesita previamente firmar acuerdos de readmisión que no acaban de concluirse en el caso de los países africanos.

Uno de los acuerdos que más problemas presenta es el de readmisión con Marruecos. "Estamos trabajando muy duro, pero el problema es si incluir en el acuerdo a los no marroquíes. Ellos

[el Gobierno de Rabat] están dispuestos a hacerse cargo de sus compatriotas, pero no están dispuestos a readmitir a gente que venga del África subsahariana. Lo entendemos, pero estamos multiplicando los esfuerzos para hacer comprender a Marruecos que aceptando un acuerdo como el que firmamos con Rusia, que afecta no sólo a los rusos, sino también a personas que llegan a Europa a través de Rusia, Rabat estaría enviando un mensaje político a Europa", sostiene Frattini, una de las piezas clave de la Comisión que preside José Manuel Durão Barroso.

Y mientras los muros de la fortaleza europea crecen en altura, los europeos envejecen a marchas forzadas y los inmigrantes se perfilan como el salvavidas para las economías de la UE. ¿No se plantea la UE estrategias a medio y largo plazo para gestionar los flujos de inmigración en vez de contenerlos? "Sí", responde Frattini. "La inmigración económica es necesaria teniendo en cuenta la situación demográfica en Europa. Podemos cofinanciar cursos de formación en los países de origen de los inmigrantes. Hacer que conozcan el idioma, las leyes europeas; que tengan una capacitación mínima para trabajar en Europa, porque los necesitamos; no sólo necesitamos trabajadores cualificados. Necesitamos inmigrantes en muchos sectores".

El responsable de la cartera de Interior de la UE no se define sin embargo claramente sobre la conveniencia de los procesos de regularización de inmigrantes como el acometido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Para Frattini, la regularización en sí no tiene porqué constituir el conocido como efecto llamada por el que otros aspirantes a inmigrantes se animarían a tirarse al mar al ver que sus posibilidades de conseguir papeles en el país de destino crecen. Pero sostiene el comisario que sí asistiríamos a un efecto llamada si la regularización no viene acompañada de una lucha eficaz contra el trabajo en el mercado negro. Porque a su juicio, si los Estados toleran el trabajo clandestino y mal pagado, y después regularizan la situación de miles de trabajadores, las políticas de esos Gobiernos supondrían un reclamo.

"Si legalizamos inmigrantes ilegales pero no gestionamos bien el mercado laboral, estás atrayendo a gente para que entre en España o Italia, mi propio país. Ahora en Italia es la temporada de los trabajos temporales, mucha gente trabaja allí de forma ilegal. Todo el mundo lo sabe. Cobran menos que otros trabajadores y directa o indirectamente se tolera, y eso anima a otros para que vengan".

Frattini adelanta además que piensa proponer a los Estados de la UE que antes de poner en marcha procesos de regularización lo pongan en conocimiento del resto de los Veinticinco. "La solidaridad europea también consiste en consultar con otros países europeos antes de legalizar inmigrantes. De la Vega está de acuerdo en este punto. Hay que avisar a la presidencia y a la Comisión

(...) es lo mismo que sucede cuando un Estado adopta una ley que tiene repercusión en otros países".

Este jurista italiano es un firme defensor de la asimilación por parte de las sociedades receptoras de los inmigrantes. "Hay que estar bien integrado y eso significa aceptar los principios de las sociedades. Hay que conocer la lengua del país, tener alojamiento, un trabajo transparente (...) yo no puedo aceptar una comunidad islámica que se niegue a aceptar leyes por ser musulmanes. Si viven en Francia o en Bélgica, tienen que respetar las leyes nacionales, ese es el principio de integración".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_