La UE acuerda reforzar de manera urgente la fuerza de paz en Líbano

Los Veinticinco limaron ayer asperezas y acordaron "reforzar" de manera "urgente" el contingente de Naciones Unidas en Líbano, según explicaron fuentes comunitarias. El compromiso se desprende de la reunión que embajadores y representantes de Defensa de la UE mantuvieron ayer en Bruselas para coordinar la participación europea en la fuerza de paz en Líbano, que tratará de preservar el ya quebrado alto el fuego entre Israel y Hezbolá, la milicia chií que controla el sur del país de los cedros. Por su parte, Israel hizo llegar a los europeos el mensaje de que es necesaria su presencia en Líbano de forma inmediata, ya que la situación es "explosiva", en palabras de la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni.

Los representantes de la UE "pusieron el énfasis en la necesidad de reforzar la FINUL [Fuerza Interina de la ONU en Líbano] lo más rápido posible", según fuentes próximas al encuentro. Asimismo, estuvieron de acuerdo en que la contribución europea al contingente de paz debe ser "significativa", pero evitaron entrar en el espinoso terreno de cuántos soldados aportará cada país.

"Sólo Italia habló de su aportación, entre 2.000 y 3.000 soldados", señalan las mismas fuentes. Francia, España y Bélgica, países que también se han mostrado dispuestos a enviar tropas para apoyar al Gobierno libanés, dijeron que aún no han determinado a cuánto ascenderá su contribución, según las fuentes. Algunos países volvieron a pedir además que se aclare qué papel deben jugar esas fuerzas y hasta dónde se extiende el mandato, pero evitaron pronunciarse sobre si esa aclaración debe venir de la mano de una segunda resolución de Naciones Unidas, como defiende Estados Unidos.

La reunión de ayer preparó el terreno para los ministros de Exteriores, que mañana celebrarán en Bruselas un Consejo extraordinario dedicado a Líbano, y que contará con la asistencia del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. "La reunión de hoy ha allanado el camino para la del viernes, en la que se espera que se adopten decisiones concretas", explican fuentes comunitarias.

El resultado del cónclave determinará el grado de cohesión de la política europea en Oriente Próximo, donde la ONU le ha pedido que desempeñe un papel protagonista en el mantenimiento de la paz tras 33 días de combates en Líbano.

"La UE debe asumir la responsabilidad de una misión que garantice una paz duradera", aseguraba ayer el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, en el diario italiano La Repubblica, a modo de preludio de la puesta en común de los Veinticinco. "Europa tiene que actuar unida, y ahí es donde concentramos nuestros esfuerzos por el momento", explicaba el titular alemán.

Berlín ya ha anunciado que no enviará soldados, pero que aportará ayuda financiera y medios materiales. Italia se plantea enviar entre 2.000 y 3.000 soldados, mientras que España habla de entre 700 y 800 uniformados. Francia ha hablado hasta el momento del envío de tan sólo 200 cascos azules, pero ayer el primer ministro, Dominique de Villepin, aseguró que su país "desea ir más lejos", aunque "deben darse las condiciones". El Gobierno finlandés cifra su aportación entre 110 y 200 soldados. Y Dinamarca y Noruega han ofrecido enviar barcos para patrullar la costa libanesa.

Finlandia, el país que preside este semestre la UE, y el encargado de convocar el encuentro de ayer, pidió a los Estados miembros al término del encuentro que se esforzaran por aumentar sus contribuciones a la fuerza multinacional, ante las reticencias y aportaciones timoratas anunciadas por países como Francia. Naciones Unidas pretende enviar 3.500 cascos azules para reforzar los actuales 2.000 antes del 3 de septiembre y alcanzar los 15.000 a finales de octubre.

Pero de acuerdo con las contribuciones anunciadas hasta el momento, las cuentas no acaban de salir. Por eso, Tzipi Livni, ministra de Exteriores israelí, advirtió ayer en París a los europeos de que deben dejar atrás cuanto antes sus reparos y se comprometan de verdad con Líbano, donde a su juicio, la situación es "explosiva". "El tiempo corre contra los que quieren ver esta resolución

[de Naciones Unidas, 1701] aplicada".

Su homólogo francés, Philippe Douste-Blazy, reiteró que "el mandato debe antes quedar claramente definido". La principal cuestión que debe quedar clara es si las tropas de la ONU deben tomar un papel activo en el desarme de Hezbolá, como desea EE UU, que ha abogado por una segunda resolución que lo contemple. Pero los europeos de momento no parecen estar por la labor, según han manifestado los franceses.

Mientras, en Helsinki, el ministro de Exteriores finlandés, Erkki Tuomioja, se entrevistaba con su homólogo sirio, quien le advertía de que los soldados de la ONU no serían bien recibidos en la frontera entre Siria y Líbano.