La ONU trata de aclarar las dudas

Naciones Unidas convocó ayer una reunión en su sede en Nueva York para aclarar las dudas de los Gobiernos de los países candidatos a enviar tropas a Líbano, que cada vez son mayores. El departamento de Operaciones de Paz de la ONU escuchó las quejas de los delegados de esos países y se comprometió a presentar en breve un documento con reglas operativas y de actuación precisas, sobre todo las relativas al límite de la misión y a las normas de enfrentamiento.

Una de las claves es si esa fuerza deberá apoyar o no al Gobierno libanés en un eventual desarme de Hezbolá. Según indicaron fuentes diplomáticas, ese manual operativo servirá para que los Gobiernos concreten sus aportaciones a la fuerza internacional en una reunión posterior, que podría celebrarse el martes o el miércoles de la próxima semana, y se establezca un calendario de envío.

Los mandos de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) han pedido el envío de 3.500 soldados antes de dos semanas, petición que con la complejidad de las negociaciones será difícil de cumplir.

Una veintena de países, entre ellos España, han expresado su deseo a ayudar a Líbano. Pero en este momento no hay oferta alguna en firme. Fuentes diplomáticas aseguran que "todo el mundo está pendiente de lo que haga Francia", que actúa como líder. El embajador británico, Emyr Jones Parry, explicó que el objetivo de la reunión de ayer era discutir "conceptos claros" sobre las operaciones y las reglas de acción de FINUL y resolver algunas de las contradicciones que han surgido entre las capitales al interpretar el mandato de la misión.

En la memoria de todos están los dos camiones cargados con explosivos que el 23 octubre de 1983 estallaron con 20 segundos de diferencia en los cuarteles generales de los marines estadounidenses y de los paracaidistas franceses acantonados en Beirut. Murieron 241 norteamericanos y 58 franceses. Ahora no hay guerra civil en Líbano, pero la situación es volátil y potencialmente peligrosa para todos.