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Un vertido de cianuro causó la muerte de miles de peces en el río Deba

Maribel Marín Yarza

Un vertido de cianuro fue el causante de la muerte de unos 3.000 peces el pasado 5 de agosto en el río Deba. Así lo confirmó ayer la Diputación de Guipúzcoa, que ha abierto una investigación para determinar el origen exacto del contaminante derramado. Las pesquisas se centran en una decena de empresas de la zona de Eibar, que podrían haber aprovechado el verano para limpiar sus instalaciones. Las industrias responsables de los otros dos vertidos registrados en esta provincia en los últimos años han salido impunes, porque no se ha logrado determinar la procedencia exacta de los agentes tóxicos.

Los análisis que han determinado la presencia de cianuro se realizaron en el laboratorio Fraisoro de la Diputación sobre las muestras de agua tomadas en los puntos del río Deba donde se encontraron muertos el pasado sábado entre 2.500 y 3.000 peces, algunas loinas y un gran número de anguilas, según explicó el diputado para el Desarrollo del Medio Rural, Rafael Uribarren. Con estos resultados sobre la mesa, técnicos de la institución foral visitarán en los próximos días compañías de las inmediaciones y tratarán de llegar hasta el origen del letal vertido que ha acabado con la fauna psicícola en el tramo del río Deba comprendido entre la desembocadura del Ego y aguas abajo del núcleo de Elgoibar.

En su punto de mira están, en concreto, una decena de empresas de la zona de Eibar que en su actividad usan productos con cianuro para galvanizantes o cromados por ejemplo, confirmó Iñigo Mendiola, responsable de Fauna Silvestre de la institución foral.

Infracción muy grave

A tenor de varias experiencias pasadas, no será fácil dar con el autor de este desastre ecológico. Hace dos años, exactamente en el mismo tramo del río, hubo otro vertido tóxico. Jamás se supo quién fue el responsable. "Las empresas se aprovechan de la dificultad que existe para fijar el origen de los vertidos, pero, si seguimos trabajando algún día se determinará", añadió Mendiola.

La Diputación de Guipúzcoa ya ha anunciado que, una vez establecida la causa del vertido, su departamento para el Desarrollo del Medio Rural incoará un expediente sancionador por una infracción con la calificación de muy grave y su multa correspondiente, que podría alcanzar hasta los 3.600 euros. Además el responsable de este desastre ecológico deberá hacer frente a las indemnizaciones que le correspondan por los daños causados.

El Deba no es un río apto para el baño, pero aún así, y dado que el cianuro es tóxico por ingesta, resulta menos recomendable que nunca introducirse en él. La muerte de centenares de anguilas da una idea del nivel de contaminación de sus aguas, ya que esta especie es una de las de mayor resistencia. "Si no ha aguantado la anguila, no ha aguantado nada", confirma Mendiola.

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