Israel decide ampliar su ofensiva en Líbano
El Ejército, que anoche avanzó siete kilómetros en algún punto, se prepara para llegar al río Litani
En contra de la opinión pública mundial, el Gobierno israelí aprobó ayer extender las operaciones terrestres en Líbano hasta la orilla del río Litani, 32 kilómetros al norte de la frontera israelí. En esa extensa zona hay centenares de aldeas y pueblos, incluida Tiro, la cuarta ciudad de Líbano. La decisión supone un duro revés para los esfuerzos diplomáticos que se desarrollan en Nueva York bajo la tutela de Naciones Unidas. A primera hora de la madrugada, una columna de blindados israelíes, apoyada por fuego de artillería, procedente de Metulla penetró siete kilómetros en territorio libanés y llegó cerca de la villa de Khiam, según informó un portavoz de la policía del país árabe citado por France Presse.
La extensión de la ofensiva supondrá movilizar nuevas tropas. Actualmente hay unos 10.000 soldados involucrados, pero según algunos medios el número puede ascender a 40.000. Llegar hasta la orilla del Litani supone avanzar más allá de la zona de seguridad que Israel controló desde el final de la guerra de 1982 hasta su retirada en 2000. Esa zona tenía una amplitud de 12 kilómetros, lo que revela las dificultades que encontrará el Tsahal (Ejército) para cumplir su objetivo de "arrojar a los terroristas más allá del Litani". El primer ministro Ehud Olmert se mostró con anterioridad contrario a enviar las tropas hasta el Litani por temor a sufrir muchas bajas, lo que podría revertir en un cambio de la actitud de los israelíes, que hasta ahora apoyan masivamente la intervención en Líbano.
Mientras la extrema derecha israelí aplaudía la decisión del Gobierno, Yossi Beilin, líder del partido izquierdista moderado Meretz, la calificaba de "error trágico". Según el también diputado del Meretz Ran Cohen, es una medida "desafortunada y peligrosa" que aumentará el ya alto número de víctimas "y no resolverá el problema".
Después de cinco horas de discusión, con un descanso entremedias aprovechado por Olmert para llamar a la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, el Gabinete israelí aprobó el avance de las tropas. Nueve ministros votaron a favor y tres se abstuvieron, entre éstos Simón Peres, favorable a agotar la vía diplomática.
En un intento de apaciguar el malestar que su nueva decisión unilateral ha sembrado en la comunidad internacional, el Gobierno israelí señaló que pospone la ofensiva uno o dos días, para "no interferir" en las negociaciones en el seno del Consejo de Seguridad. La enorme cantidad de autobuses cargados de soldados y de camiones que transportan al frente carros de combate, excavadoras y blindados revela que los preparativos han comenzado. "No podemos esperar toda la vida. Tenemos a un millón de personas viviendo en refugio y tenemos que protegerlas", declaró Isaac Herzog, ministro de Turismo y un peso pesado del Gobierno.
La decisión tomada en la noche del martes por el jefe del Alto Estado Mayor, Dan Halutz, de nombrar a su mano derecha, el general Moshe Kaplinsky, como su representante en el frente norte, por encima del general Udi Adam, jefe del Comando Norte, ya hacía presagiar que se impondría la visión militar del conflicto sobre la política. El ala militar más dura sostiene que antes de un alto el fuego es necesario "causar el mayor daño posible a Hezbolá".
Cinco soldados israelíes resultaron muertos y una treintena heridos en los diversos enfrentamientos mantenidos con los guerrilleros del Partido de Dios, cuyas emboscadas son cada día más arriesgadas. Según el Ejército israelí, mataron a más de una decena de militantes de Hezbolá.
Acostumbrado a ganar todas las guerras (cuatro), libradas desde que la comunidad internacional decidió en 1947 que Israel se instalara en un parte de Palestina, los israelíes mayoritariamente consideran que su seguridad estaría en peligro si ahora se acepta el alto el fuego sin que el Ejército pueda traerse a casa una victoria frente a quienes quieren echarlos de su tierra. Pero hasta el momento, los soldados, con el apoyo de la aviación y de la Marina, no han logrado avanzar más allá de 10 kilómetros de la frontera y en numerosas ocasiones se han encontrado con ataques en la retaguardia.
Desde que comenzó la ofensiva por el secuestro de dos soldados israelíes por Hezbolá, el 12 de julio, han muerto cerca de mil libaneses y 105 israelíes de los que 36 son civiles.
INVASIONES DE ISRAEL EN LÍBANO
Operación de 1982
Causa del conflicto: Grupos del sur de Líbano llevan a cabo operaciones en el norte de Israel y bombardean las ciudades del norte con cohetes Katiusha.
Tropas: 76.000 soldados. Siria contaba con 22.000 y la OLP con 15.000 milicianos palestinos en Líbano.
Objetivo de Israel: Acabar con las bases palestinas en Líbano, con sus operaciones en el norte del país y con el lanzamiento de cohetes Katiusha.
Bajas: 17.825 muertos en el bando árabe (entre ellos unos 10.000 militares) y 675 soldados israelíes.
Operación de 2006
Causa del conflicto: Hezbolá mata a tres soldados israelíes y secuestra a otros dos en la frontera, además de lanzar cohetes sobre el norte de Israel.
Tropas: Unos 30.000 soldados israelíes operativos. Hezbolá cuenta con 4.000 milicianos y más de 10.000 reservistas.
Objetivo de Israel: Recuperar a los dos militares capturados por Hezbolá en la frontera con Líbano y acabar con el lanzamiento de cohetes sobre Israel.
Bajas: 69 militares israelíes y 36 civiles. Más de 1.000 entre civiles, soldados libaneses y milicianos de Hezbolá.
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