La Habana compara el plan Bush para Cuba con el 'Mein Kampf' de Hitler
La primera reacción cubana al más reciente plan de la Administración Bush para promover una transición a la democracia en la isla no pudo ser más contundente. El presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, comparó ayer el informe presentado el lunes por la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, con el Mein Kampf (Mi lucha), de Adolf Hitler.
El último informe de la denominada Comisión de Asistencia para una Cuba Libre, creada en 2003 por el presidente Bush, y el Mein Kampf son, a juicio de Alarcón, "los únicos ejemplos disponibles de planes para subyugar a una nación anunciados públicamente".
"Coinciden además en su carácter genocida y fascista", aseguró Alarcón en un artículo publicado en el diario oficial Granma, en el que considera que el "plan Bush" no sólo "liquidaría a Cuba, la nación", también "esclavizaría a los cubanos hasta el exterminio" e incluso perjudicaría la colaboración médica cubana con terceros países. "Quieren impedir los servicios que aquí se ofrecen a miles de pacientes que han sido curados de cataratas u otras afecciones oculares y han recuperado la visión, o reciben esos beneficios en sus propios países", denunció Alarcón, que calificó al presidente de EE UU de racista. "El discípulo de Hitler, como su maestro, no reconoce fronteras", afirmó.
El informe de Rice profundiza las medidas de presión adoptadas en 2004 y destina 80 millones de dólares (63 millones de euros) más a la financiación de la oposición interna cubana, condicionando la ayuda estadounidense a un futuro Gobierno cubano de transición a la realización de reformas políticas y la convocatoria de elecciones.
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