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La cumbre del G-8

Bush y Merkel advierten a Irán de que "no puede tener armas atómicas"

Washington y Berlín dejan abierta la puerta a una solución diplomática a la crisis nuclear

El presidente de EE UU, George W. Bush, que hoy concluye su visita de 36 horas a Alemania, de camino a la cumbre del G-8 en San Petersburgo, y la canciller alemana, Angela Merkel, lanzaron ayer una seria advertencia a Irán para que renuncie a su programa nuclear y acepte las ofertas de la comunidad internacional. No obstante, Bush y Merkel dejaron abierta la puerta a una salida diplomática a la crisis. La canciller dijo que la comunidad internacional había hecho una propuesta "fundamental" a Irán, "a partir de la convicción firme de que Irán no puede tener armas atómicas".

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Al mismo tiempo, la oferta contenía propuestas para posibilitar a los habitantes de Irán oportunidades para su desarrollo. Según la canciller Merkel, los ministros de Exteriores de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania, acordaron llevar a Naciones Unidas el tema y con eso "por desgracia tuvimos que seguir otro camino", ya que Irán no respondió a la propuesta. No obstante, recalcó Merkel, "la puerta para las negociaciones no está cerrada".

Bush declaró que en su anterior encuentro en Estados Unidos, el tema de Irán había ocupado mucho tiempo y reconoció que Merkel le había pedido reflexionar sobre el tema. Yo le dije: "Si los iraníes dejan de enriquecer uranio de forma probada, nos sentaremos a la mesa de negociaciones. Está fuera de duda que esta cuestión puede resolverse junto con Alemania por vía diplomática".

Siguió Bush con un elogio a Merkel: "Yo aprecio mucho la opinión de la canciller. Naturalmente es muy importante hablar con una sola voz. También es importante colaborar con [el presidente de Rusia] Vladímir Putin. Lo haremos en la cumbre del G-8. Deberíamos pedirle que hable con claridad. La comunidad internacional demanda que en Irán no haya un programa de armas nucleares".

Bush agradeció el papel de Merkel y Alemania para resolver el conflicto y amenazó a Irán con un "no estamos de broma" y "ya rebasó el tiempo concedido". No obstante, Bush repitió: "Si Irán detiene el enriquecimiento de uranio, Estados Unidos se sentaría a la mesa de negociaciones".

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Insistió Merkel en que Irán tiene una oferta buena para el desarrollo del país y pasó a amenazar: "Si Irán no reacciona a esta propuesta y espera que la comunidad internacional se divida, se equivoca". Bush reforzó las declaraciones de la canciller, y advirtió de que no se puede esperar y "los iraníes no pueden sentar sus esperanzas en la división de la comunidad internacional". También declaró Bush que Irán no puede jugar a perder tiempo y el objetivo está claro: "Irán no puede tener armas atómicas".

Además de sus coincidencias en cuestiones de estrategia política, Bush y Merkel dieron toda una exhibición de simpatía mutua. En las declaraciones de ayer se repitieron los "Angela" y los "querido George".

En la plaza del mercado de Stralsund, en el discurso de bienvenida, destapó Bush el tarro de las esencias: "Durante décadas el pueblo alemán estuvo separado por un horrible muro. Aquí en el Este, millones de vosotros vivisteis en la oscuridad y la tiranía. Hoy vuestra nación está unificada de nuevo".

Angela Merkel y George W. Bush, durante su encuentro en la ciudad alemana de Stralsund.
Angela Merkel y George W. Bush, durante su encuentro en la ciudad alemana de Stralsund.REUTERS

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