Los 'bio' no ecológicos se caen de la estantería
Los alimentos sin el sello de la agricultura ecológica deben cambiar de denominación a partir del mes de julio
Las estanterías de las tiendas se renuevan. Desde el uno de julio desaparecen de ellas los alimentos que usan el apellido bio sin haber sido elaborados con ingredientes que proceden de la agricultura o ganadería ecológica, también llamada biológica. En adelante, todos los alimentos que se apelliden bio, ecológicos u orgánicos deberán provenir de la agricultura ecológica.
El apellido bio ha servido durante años de palanca de ventas para yogures, zumos, pastas, y un sinfín de alimentos no biológicos que "han creado confusión en el consumidor español", asegura Adolfo Alonso, director de la cadena italiana de productos biológicos Naturasí, que tiene cuatro tiendas en Madrid y factura 2,5 millones de euros.
El precio de los alimentos homologados puede ser un 50% mayor que los convencionales
Lo que ahora se prohíbe en España ya está prohibido en otros países europeos desde hace años. Los bio no biológicos se han vendido en España amparados en una norma comunitaria de 1991 que los toleraba, aunque no vinieran de la agricultura biológica, siempre que tuvieran una antigüedad anterior al 22 de julio de 1991 hasta la fecha límite del uno de julio de 2006. Un decreto de 2001 también dio vida a estos productos en España, aunque no fueran ecológicos. Otro de enero de este año puso punto y final a esta situación a partir de julio.
¿Qué es la agricultura ecológica? El Ministerio de Agricultura da esta definición: "El conjunto de técnicas agrarias que excluye normalmente el uso, en la agricultura y ganadería, de productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos, etcétera, con el objetivo de preservar el medio ambiente, mantener o aumentar la fertilidad del suelo y proporcionar alimentos con todas sus propiedades naturales". La superficie dedicada a cultivar estos productos no deja de crecer, aunque es como una gota de agua en el océano. En 2005, había 807.000 hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica, un 10% más que en 2004. Hace una década apenas era el 3% de la actual, según Agricultura.
La regla de oro para identificar a los alimentos biológicos o ecológicos es la etiqueta que certifica su origen. Las comunidades autónomas lo certifican con un logo que incluye la imagen de una luna y un sol sobre fondo azul y unas barras verdes transversales, recuerda Luis A. Cornejo, responsable del área de productos ecológicos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. También hay etiquetas de certificadoras privadas españolas y de otros países, normalmente con una espiga y el nombre bio al lado.
Varias empresas afectadas dicen que ya han cambiado o están a punto de cambiar el nombre de sus bio no biológicos. El Biofrutas de Pascual se llama ahora Funciona; Danone ha rebautizado su yogur bio en Activia; Bio Trina, de Cadbury Schweppes, se llamará Vitaltrina, recalcan en la empresa; El Biovit, de García Carrión, pasará a llamarse Frutavit, dice la empresa; el BioJuvital, de Juver, simplemente Juvital, mientras que Nestlé dice que retiró su yogurt Biocalcio del mercado hace dos años, en este caso por motivos de mercadotecnia. Las campañas de publicidad que están en marcha buscan que los consumidores conozcan los nuevos nombres de los productos que ya no pueden presumir de biológicos. "Cuesta tiempo y es caro", dice una empresa consultada.En cuanto a los productos ecológicos tienen dos grandes problemas: no son demasiado conocidos y resultan más caros que los convencionales. "Cuestan alrededor de un 20% más que los alimentos no ecológicos porque su volumen de ventas es bajo", afirma Silvio Elias, director general de Ecoveritas, una cadena que vende estos productos en sus 10 tiendas de Cataluña y que factura 10 millones de euros al año.
Ángeles Parra, secretaria general de la Asociación Vida Sana, que se dedica a potenciar los artículos ecológicos, coincide en que su precio "puede ser alrededor de un 20% más pero a la larga son más económicos porque quien los compra está invirtiendo en salud y no perjudican el medio ambiente". Pere Castro, director comercial de Biocop, una empresa distribuidora de estos productos. dice que pueden ser hasta un 50% más caros.
Sobre su grado de conocimiento, una encuesta del Ministerio de Agricultura a 2.000 consumidores hecha en el último trimestre del año pasado concluyó que el 73% de los encuestados había oído hablar de estos productos. En cambio, otro sondeo de la Federación de Consumidores en Acción de Andalucía-FACUA a 605 consumidores, a final de 2005, concluyó que sólo el 58% los conoce, y que el 49% no está dispuesto a pagar más por ellos.
Muchos compradores no los encuentran
Lo ecológico con sello aún vende poco, pero las ventas crecen, sobre todo entre las mujeres, y las parejas entre 35 y 45 años, según algunas grandes superficies consultadas.
Estos productos empezaron a venderse en las pequeñas tiendas, incluso en herbolarios, pero desde hace unos años ya se ven en las grandes superficies. Aún así, una encuesta del Ministerio de Agricultura de 2005 desveló que el 51,6% de los consultados no encuentra los productos ecológicos en su lugar habitual de compra.
La Asociación Vida Sana, nacida en los años setenta para impulsar estos productos, tiene convenios de adhesión con más de un centenar de pequeños negocios en toda España. Entre ellos, hay numerosos restaurantes que se han sumado a la venta de comida ecológica. Como el restaurante Semilla Verde, en Almería, que lleva siete años abierto, o la tienda O Raio Verde, en Vigo, a punto de cumplir seis.
El Corte Inglés tiene su propia marca de leche. Carrefour creó su marca Carrefour Eco, en 2002, para "consumidores preocupados por el respeto al medio ambiente, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible", dice la empresa. Biocop, una de las mayores empresas distribuidoras de productos ecológicos, afirma que "el mercado está creciendo a un ritmo anual entre el 15% y el 20%, pero el consumo en España es bajo. Buena parte de nuestras ventas van al extranjero", dice Pere Castro, director comercial de la empresa.
El grupo Alcampo tiene una gama estable de productos ecológicos desde hace cinco años. Esta empresa recalca que se ha esforzado por introducir la ternera ecológica en sus vitrinas. El grupo Eroski, también con marca propia para los productos ecológicos, señala que las ventas en sus tiendas de estos artículos han crecido un 7% en el primer semestre, en especial las conservas vegetales.
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