Sobre 'Peritajes en Leganés'

Aun cuando he manifestado públicamente mi decisión de no volver a hablar de este tema en los medios de comunicación por respeto a los ciudadanos, a los pacientes del hospital Severo Ochoa y a sus profesionales, no me queda otro remedio que, en relación con el editorial publicada por su periódico el martes día 6, titulado Peritajes en Leganés, en donde dice textualmente "el consejero de Sanidad, el popular Manuel Lamela, que insinuó la posibilidad de que hubiera habido al menos 400 casos de eutanasia en el Severo Ochoa...", manifestar mi sorpresa y preocupación por el hecho de que su periódico pueda hacer tales insinuaciones sin referirlas a fuentes concretas.

El consejero de Sanidad recibió una denuncia y abrió una investigación, tal y como era su obligación en defensa del interés general, y, una vez que otros hicieron pública la denuncia, salió a la opinión pública a explicar la situación e intentar así limitar la alarma social generada. En ningún caso el consejero habló en los términos que ustedes publican en su editorial, sino que, tal y como se recoge en los teletipos de las agencias Efe y Europa Press del 11 de marzo, Manuel Lamela se refirió a "presunta mala administración de fármacos".

Por el contrario, es fundamental seguir recordando que fue el portavoz del Partido Socialista de Madrid en la Asamblea, el señor Simancas, tal y como recogen los teletipos que adjunto a esta carta de las agencias Efe y Europa Press del día 12 de marzo, quien habló de "supuesta práctica de eutanasia activa".

Del mismo modo, recordamos que fue el mismo señor Simancas quien, el 31 de marzo, tal y como recoge el teletipo adjunto de la agencia Europa Press, ponía en boca del consejero los 400 casos de "casi homicidios" -dice textualmente el señor Simancas-, mientras resaltaba que su partido había actuado de forma "extremadamente prudente y respetuosa".

Señor director de EL PAÍS, le ruego que deje que sean sus lectores los que juzguen quién ha sido más prudente, el señor Simancas al hablar de "supuesta práctica de eutanasia activa" y "casi homicidios", o el consejero de Sanidad, al hablar en tal momento de "presunta mala administración de fármacos".

Si por algo se ha caracterizado y se caracterizará este consejero y la Consejería es por la extrema prudencia y responsabilidad con la que ha actuado en este caso, velando, en primer lugar, por el interés de los ciudadanos y, en segundo lugar, por el prestigio de los profesionales sanitarios y de sus instituciones.

Ya me hubiera gustado que el partido socialista hubiese actuado con la misma prudencia y responsabilidad y no hubiese generado, por intereses políticos, la alarma social de la que tristemente hemos sido testigos. Alarma generada, esté usted seguro, no por la actuación de la Consejería que tengo el honor de dirigir, sino por la manipulación política que desde la oposición se hizo, y se pretende seguir haciendo, de este tema.