Fiesta y nostalgia en el '5 a las 5'
Fuente Vaqueros acoge una recreación del primer homenaje público que se rindió a Lorca en España hace 30 años
Algo más mayores y sin el acoso de la Guardia Civil, los organizadores del primer 5 a las 5 fueron homenajeados el lunes en Fuente Vaqueros con motivo del 30 aniversario del primer homenaje que se dedicó al poeta granadino Federico García Lorca tras su fusilamiento. No estaban todos. El tiempo fue robando el futuro de algunos. Tampoco acudieron todos. Hubo quien prefirió quedar al margen del homenaje institucional, presidido por la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, y el presidente de la Diputación Provincial, Antonio Martínez Caler.
Lo que no falto fue el público que, horas antes del comienzo del programa, se agolpó en la avenida de Andaluces para tratar de subirse a uno de los autobuses fletados para el acto. Fueron miles y, aunque no existen cifras oficiales, la asistencia podría haber sido similar a la de aquel 5 de junio de 1976, en el que en la Plaza de Fuente Vaqueros se agolparon 4500 personas.
En un documental del primer '5 a las 5' se escuchaban gritos de "amnistía y libertad"
Desde el primer momento podía palparse la nostalgia. El tiempo ha arrugado las caras de aquellos jóvenes que acudieron a Fuente Vaqueros en busca de media hora de libertad que, aunque fuera vigilada, fue intensa e inolvidable. Y esa nostalgia resultó ser contagiosa y premeditada, ya que el guión de la primera media hora del acto fue exactamente el mismo que el llevado a cabo en aquel primer verano sin Franco.
Tras las obligadas intervenciones institucionales llegó la emoción. El poeta granadino José Ladrón de Guevara subió al escenario y leyó el mismo manifiesto que treinta años antes. Un manifiesto que fue denominado como de la Reconciliación y que reclamaba el derecho de los españoles a vivir en libertad y a participar en las decisiones del país, un país que debía ser "de todos y para todos". Pese a que el delegado gobernativo ya no se encontraba junto al escenario con un cronómetro en la mano se emuló aquella media hora convertida en parte de la historia de la ciudad y del país. Tras Ladrón de Guevara, la actriz Aurora Bautista volvió a recitar el Arbolé, arbolé, seco y verde. No puedo estar Nuria Espert, la otra gran dama de la escena que participó en el primer homenaje. Tras la lectura del poema de Lorca fue su sobrino, Manuel Fernández Montesinos, quien tomó la palabra. Al hacer mención al papel actual de la Guardia Civil, que consiste en "servir a los demócratas", una parte reducida del público comenzó a silbar, a lo que Montesinos contestó que "la diversidad de opiniones es parte de la democracia", arrancando los aplausos de los asistentes.
Otra importante ausencia fue la del poeta José Agustín Goytisolo, que no pudo llegar al treinta aniversario de aquel día inolvidable en el que leyó su poema Libertad. Fue su hija quien prestó voz a las emocionada palabras de Goytisolo. Lo mismo sucedió con la voz de Blas de Otero, que fue prestada por el granadino Rafael Guillén para rememorar nuevamente a García Lorca. La primera parte del acto, que fue la totalidad en 1976, fue clausurada por Juan Antonio Rivas. A continuación se proyectó un breve documental con imágenes y sonido del primer 5 a las 5 en el que se escuchaban los gritos de "amnistía y libertad", coreados por miles de jóvenes. Las palabras que acudían del pasado se convirtieron en nostalgia, sueños cumplidos o incumplidos y globos blancos que causaron en el público una extraña sensación festiva con impresiones contradictorias.
Por suerte quedaba el concierto de Enrique Morente, que ofreció una brillante actuación junto a su hija Estrella. Los poemas de Lorca se convirtieron en flamenco en una cálida noche de verano. Sonaron las guitarras y fue imposible callarlas.
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